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Fitch lleva al Santander y BBVA a tres pasos del 'bono basura'



    No hay dos sin tres. Fitch volvió a sacar ayer la tijera para recortar la nota crediticia de la gran banca española -BBVA y Banco Santander- tan sólo dos días después de que se aprobaran las ayudas europeas para recapitalizar los bancos españoles que precisen capital adicional para sanear sus balances y a Mapfre.

    El jueves le tocó a España, y el viernes a Enagás, Red Eléctrica, Telefónica o Repsol; y ayer, la agencia rebajó en dos escalones la calificación del Santander y BBVA, de A a BBB+, y mantuvo la perspectiva "negativa", lo que abre la puerta a nuevos recortes.

    Un movimiento que llega sólo unos días después de que Fitch rebajara en tres escalones la nota crediticia del Reino de España, hasta BBB-; ya que considera que la economía española seguirá en recesión en lo que queda de año, y durante 2013. De hecho, ésa fue una de las razones que la agencia de calificación argumentó en su comunicado para justificar su decisión de recortar la nota a la gran banca española, ya que la situación que augura para España afecta directamente al volumen de negocio de las entidades financieras.

    Pese a este nuevo recorte, la nota crediticia de BBVA y Santander se ha quedado por encima de la de España. Fitch explica que esto es así porque ambas entidades cuentan con gran diversificación geográfica, fortaleza financiera y están capacitadas para absorber impactos en el crédito. A pesar de ello, la agencia cree que hay una fuerte unión entre el riesgo de crédito soberano y el bancario; y por tanto de rating. Por ello destaca lo excepcional que es que un banco tenga una calificación superior a la del país.

    Los motivos del recorte

    En concreto, la firma de calificación argumentó ayer en su comunicado que las entidades financieras tienden a poseer importantes carteras de deuda soberana doméstica, mientras que su rentabilidad y calidad de activos son vulnerables a las tendencias macroeconómicas registradas en España, que en la actualidad son desfavorables.

    Por si la situación en España no fuera suficiente, Fitch añade más razones. La principal es que las perspectivas de crecimiento en los países emergentes en los que están presentes el Santander y BBVA se han revisado a la baja, aunque Fitch estima que los ingresos de estos mercados seguirán contribuyendo de forma significativa a los balances de ambas entidades. De hecho, también ha rebajado un peldaño la solvencia de la filial británica que preside Emilio Botín, Santander UK, que pasa de un "notable alto" a un notable, de A+ a A, aunque en este caso la perspectiva es "estable".

    Además, Fitch recuerda que, según sus propias pruebas de estrés, la banca española necesitaría en torno a 60.000 millones, y el Santander y BBVA están mucho mejor preparados que otros competidores para asumir deterioros de su cartera con sus propios resultados o reservas.