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La presión sobre la deuda española sitúa la prima en máximos desde enero
España siguió sangrando ayer por la herida reabierta el miércoles. Por segunda jornada consecutiva, la desconfianza se apoderó de la deuda española, hasta deparar las mayores dosis de tensión sufridas desde comienzos de 2012. Como catalizadores, las dudas sobre la capacidad del Gobierno para reducir el déficit público hasta el 5,3% este año y el impacto que la reestructuración financiera puede tener en las cuentas y la solvencia de los grupos bancarios resultantes.
. Por si había pocos motivos, los decepcionantes datos de actividad empresarial conocidos en Alemania, Francia y el conjunto de la eurozona confirmaron que la recesión supone una amenaza muy real en la región y agravaron la sensación de incertidumbre.
Sobre los rescoldos de la inacabada crisis soberana, esos argumentos se bastaron y se sobraron para que la llama de la tensión prendiera de nuevo. Presa de las ventas, la rentabilidad de los bonos a 10 años ascendió del 5,40 al 5,49%, el nivel más alto desde enero. Se trató de la novena jornada consecutiva de subidas, intervalo en el que el rendimiento se ha disparado en 50 puntos básicos -o 0,50 puntos porcentuales-.
A su vez, este aumento provocó que la prima de riesgo, medida por la diferencia entre la rentabilidad de los bonos españoles y alemanes a 10 años, repuntara de los 342 a los 358 puntos básicos, que también supone el máximo desde enero. Y como no hay dos sin tres, el seguro contra el impago (CDS) español subió de los 423 a los 433 puntos básicos, con lo que alcanzó igualmente la mayor cota en dos meses.
A diferencia del miércoles, jornada en la que su deuda sufrió menos que la española, Italia sí sintió ayer con claridad las dudas de los inversores. La rentabilidad de sus bonos a 10 años pasó del 4,99 al 5,09% y su prima de riesgo escaló de los 302 a los 318 puntos básicos. Pese a todo, aún se mantuvo 40 puntos básicos por debajo del nivel en el que se encuentra la deuda española.
No pasar del 5,5%
El retorno de la presión en las dos últimos sesiones, en las que la rentabilidad de los bonos españoles ha repuntado en 26 puntos básicos, vuelve a situar a la deuda en niveles peligrosos. "Lo que nos preocupa es que llegado el caso de que el bono cotizara por encima del 5,50% no hubiese compradores para nuestra deuda -ayer defendió ese nivel, porque llegó hasta el 5,52% y terminó en el 5,49-. Eso es lo que debemos vigilar en las próximas sesiones y sería la verdadera señal negativa para nuestra economía", advierte Miguel Paz, de Unicorp Patrimonio.
Al mismo tiempo, esta renovada tensión rompe la tregua vivida tras los dos préstamos a tres años con los que el Banco Central Europeo (BCE) suministró un billón de euros a los bancos entre diciembre y febrero. "Aunque el BCE ha evitado la muerte súbita de la zona del euro, persiste la perspectiva de una larga recesión, agravada por el autodestructivo ayuno presupuestario que se ha impuesto esta región convaleciente", matiza Didier Saint-Georges, de Carmignac Gestión. Y la sombra de la recesión es sobre todo muy alargada para España e Italia. "La recuperación no está llegando a España e Italia. Aunque ambos países han experimentado una tremenda mejoría en sus costes de financiación, aún está lejos de estar claro que esta tendencia sea sostenible", valora Jacques Cailloux, economista jefe para Europa de Royal Bank of Scotland (RBS).