Bolsa, mercados y cotizaciones
Los inversores buscan la salida ahora que las recomendaciones de bolsa son alcistas
- El pequeño inversor desconfía de las recomendaciones de Wall Street
Todas las recomendaciones salvajemente alcistas de Wall Street pueden estar teniendo el efecto opuesto: hacer que el pequeño inversor conservador se salga del mercado pese al rally duradero que vive la bolsa. El Ibex 35 cierra con una caída del 1,6%: la prima de riesgo sube a los 358 puntos.
Después de todo, ya han pasado antes por esto: uno tras otro, los analistas más reputados recomiendan comprar, comprar y comprar para que después la burbuja estalle y atrape a los inversores que han llegado tarde.
Y lo cierto es que, esta vez, las grandes casas de inversión de Wall Street están corriendo para ser las primeras en proponer estrategias que pongan el dinero a trabajar.
Así, Peter Oppenheimer, de Goldman Sachs, acaparó ayer los titulares al emitir una nota en la que asegura que las acciones presentan una oportunidad de compra de las que se ven una vez en cada generación. De forma similar, Bank of America y Credit Suisse acaban de elevar sus previsiones para el S&P 500. JP Morgan se ha mantenido fuertemente alcista y BlackRock recomienda desde hace semanas mantener una exposición del 100% a la bolsa.
Pero estas recomendaciones no han fusionado entre los pequeños inversores. Sólo en la última semana, los inversores retiraron 126 millones de los fondos de renta variable y metieron 10.700 millones en fondos de renta fija, según Investment Company Institute. La salida de dinero de los fondos de bolsa fue relativamente pequeña comparada con las semanas anteriores, pero es significativo que los fondos de bolsa lleven perdidos 1.400 millones pese a una subida de más del 30% en los índices desde los mínimos de octubre.
"Hay un sentimiento de que se va a caer otro zapato en algún sitio, y no quieren quedarse atrapados en una situación de la que no puedan salir", según Quincy Krosby, estratega jefe de Prudential Annuities. "En lo que no quieren verse envueltos es en alguna trampa que les pueden tender los hedge funds o los gestores de fondos".
Y no se puede culpar a los inversores minoristas por sentirse así. Acaban de sobrevivir a una década en la que han estallado dos grandes burbujas -la puntocom y la hipotecaria- y les preocupa que la bolsa esté impulsada de nuevo por el dinero fácil de la Reserva Federal que en algún momento se acabará y les dejará colgando.
"Mucha gente es muy escéptica y señala cuánto se han equivocado los analistas en los últimos años. El inversor medio siente que hay mucha propaganda en el mercado", explica Kathy Boyle, presidente de Chapin Hilll Advisors.
Así, el consenso pronosticaba que el S&P 500 terminaría 2011 en torno a 1.400, cuando de hecho registró un año plano en 1.257, un 10% por debajo de estas previsiones.
Los inversores tienen una fuerte sensación de déjà vu, porque el índice se encontraba casi exactamente en ese nivel el 20 de enero de 1999.
"Sufrieron cuando todo el mundo era alcista y les decía que no podían perder en el techo de la burbuja de Internet, y después volvieron a sufrir cuando todo el mundo les decía que no podían perder en el techo de la burbuja financiera", según Walter Zimmerman, analista técnico de United-ICAP. "A estas alturas, están más que escaldados".