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El escándalo fiscal de Alemania podría alcanzar a otros países



    El gobierno alemán desea que Mónaco coopere en la lucha contra el fraude fiscal, en un momento en que la investigación iniciada por Berlín contra sus contribuyentes que pretendieron escapar al fisco, colocando su dinero en Liechtenstein, llegó a Estados Unidos y Australia.

    La canciller alemana, Angela Merkel, desea que el principado cumpla las reglas de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), informó el portavoz del gobierno alemán, Thomas Steg. Sin embargo, Steg explicó que Alemania ha sentido "una disposición de parte de Mónaco para llegar a acuerdos con la Unión Europea (UE) y a acuerdos bilaterales" sobre cooperación de autoridades fiscales e intercambios de información.

    Mónaco está dispuesto a cooperar con la OCDE para impedir el fraude fiscal dentro de un "movimiento general que afecte a todos", corroboró el ministro de Finanzas del principado, Gilles Tonelli, este miércoles en Berlín, donde también se encontraba el príncipe Alberto de Mónaco.

    La OCDE reprocha a Andorra, Liechtenstein y Mónaco que no hayan adoptado reglas comunes contra este tipo de prácticas fiscales poco claras y se nieguen a cooperar intercambiando informaciones con otros países miembros. "Mónaco no pretende quedarse al margen de un movimiento general de intercambio de informaciones cuando sea aplicado realmente por todos", garantizó Tonelli.

    En una entrevista concedida al diario Frankfurter Allgemeine Zeitung, el príncipe Alberto garantizó que el "principado intenta desde hace años que las reglas de sus bancos cumplan las normas de prevención internacionales".

    Los lugares considerados paraísos fiscales están siendo observados con lupa por las autoridades alemanas desde que salió a la luz un gigantesco escándalo de fraude fiscal vía Liechtenstein.

    La actividad financiera es la segunda del principado de Mónaco y representa directamente el 19% e indirectamente el 30% de la economía local. Mónaco alberga 4.800 empresas en 2 km2 y gestiona unos 90.000 millones de euros, 78.100 de ellos dentro del principado. "Mónaco no es Liechtenstein", garantizó Steg, cuyo gobierno utilizó un tono mucho más severo con este pequeño principado del centro de Europa, la semana pasada.

    Alemania pudo iniciar esta investigación sin precedentes sobre fraude fiscal gracias a los datos suministrados por un informante de Liechtenstein que tenía acceso a estas informaciones secretas, las robó y recibió unos cuatro millones de euros de los servicios secretos de Berlín a cambio.

    Las informaciones bancarias no sólo implican a alemanes sino a ciudadanos de una decena de países que recibieron también estas informaciones, vía Berlín, y ya lanzaron sus propias investigaciones sobre presunto fraude fiscal de algunos de sus contribuyentes. Se trata de Australia, Canadá, España, Estados Unidos, Francia, Italia, Nueva Zelanda, Suecia y Gran Bretaña. A ellos se van a sumar República Checa y Grecia, cuyas autoridades ya anunciaron que solicitarán estas informaciones a Alemania.

    La fiscalía de Vaduz, capital de Liechtenstein, anunció este miércoles que ha abierto una investigación preliminar contra el presunto informante, llamado Heinrich Kieber, así como "otros autores desconocidos", sospechosos de "divulgar secretos empresariales en beneficio de un extranjero".

    Liechtenstein acusó a Alemania de violar su soberanía al comprar informaciones robadas.

    Hasta ahora, el fisco alemán ha identificado a más de 160 contribuyentes poco honestos y ha recuperado 27,8 millones de euros.