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Lo Passador, el puente que une el Delta del Ebro, cumple un año
El puente, bautizado en el territorio como Lo Passador y que tiene una longitud de 250 metros, fue inaugurado por el ex presidente de la Generalitat José Montilla el 30 de septiembre de 2010 y se ha convertido en una alternativa al paso de barca con transbordador, una comunicación que requería el pago de un peaje.
"Antes tenías que cruzar con el transbordador y a veces en esta época del año te tenías que esperar tres cuartos de hora para pasar al otro lado", recuerda el alcalde de Deltebre, Gervasi Aspa (ERC), que reconoce que el puente permite mancomunar servicios entre los dos municipios situados en los dos hemideltas.
De momento, empresarios y trabajadores ya hacen evidente esta unión en el día a día. "Ahora que es época de siega del arroz, es espectacular ver el tráfico de vehículos que se desplazan de los campos a la cooperativa", explica Aspa.
El alcalde de Sant Jaume d'Enveja, Castor Gonell (PSC), está de acuerdo con su homólogo en que el puente ha significado una gran mejora en la relación entre los dos pueblos ya que "el río no deja de ser una barrera", ha explicado.
"Antes del puente o cogías el transbordador (funcionaba ininterrumpidamente, si el río lo permitía, de siete de la mañana a diez de la noche) o dabas una vuelta de más de 30 kilómetros por Amposta", dice Gonell.
Sin embargo, Josep Bertomeu, vecino de Deltebre y conocido con el nombre de Polet, se muestra contrario a que hayan desaparecido los transbordadores.
En su opinión, estas plataformas flotantes que conducían a los vehículos y a las personas de una orilla a otra del río tendrían que mantenerse como parte del patrimonio turístico local.
Un año después queda demostrado que el puente ha servido para unir socialmente los dos pueblos. "Muchas tardes veo cómo algunas señoras vienen a una pastelería muy buena que hay en el pueblo y después se van por el puente a Deltebre con sus pastitas", comenta Salvador Llambrich, vecino de Sant Jaume.
Llambrich sabe muy bien qué significa estar separado del pueblo vecino por el río, pues "cuando éramos jóvenes pasábamos con la barca para ir al cine y si el río estaba revuelto muchas veces teníamos que quedarnos a dormir en la otra orilla", recuerda.
"Mucha gente cruzaba el río cada día pero mi mujer estuvo 30 años sin hacerlo", explica Llambrich.
En este año que lleva en funcionamiento, el puente ha permitido mejorar la accesibilidad de los dos pueblos a las carreteras del litoral.
"La gente de Sant Jaume que trabaja en Barcelona o Tarragona ha ganado mucho porque antes tenían que desplazarse hasta Amposta para coger la carretera N-340 o la autopista AP-7, y ahora si vas por Deltebre te ahorras casi media hora", dice Gonell.
El puente, que costó casi 18 millones, no sólo facilita la vida a los habitantes de ambos pueblos, sino que está previsto que pueda impulsar el turismo en el Delta.
"Si visitas Deltebre en media hora puedes estar en Sant Carles de la Ràpita o de Sant Carles de la Ràpita en un momento plantarte en L'Ampolla", asegura Gonell.
Con el objetivo de gestionar el tramo de río compartido y velar para poder sacar un rendimiento económico de la nueva situación se ha creado un consorcio que servirá para gestionar los intereses de ambos pueblos y también impulsar las actividades náuticas en el río.