Bolsa, mercados y cotizaciones
El Tesoro paga menos por su deuda pero sufre una caída de la demanda
Nota mediocre para el primer test del Tesoro después de que se aprobara la inclusión de una regla de oro en la Constitución española, que limita el déficit público tanto del Estado, como de las Comunidades Autónomas y Ayuntamientos.
Concretamente, la cantidad que colocó el Estado en bonos a 5 años fue de 3.621,22 millones de euros cumpliendo su objetivo de captar un montante entre 3.000 y 4.000 millones. Sin embargo, para alcanzar ese fin tuvo que soportar unos intereses más elevados que los del mercado, aunque inferiores a los que afrontó en la emisión precedente. Así, tanto el tipo de interés medio como el marginal de los bonos a un lustro fue del 4,489 y del 4,518% respectivamente. Una rentabilidad menor que la que tuvo que ofrecer el pasado 7 de julio cuando el interés promedio de todas las peticiones de la subasta fue del 4,871%, mientras que el rendimiento que como máximo el Tesoro estuvo dispuesto a remunerar al inversor fue del 4,891%. En cualquier caso esta subasta supuso un punto de inflexión con respecto a la tónica que llevaba manifestando desde el pasado mes de junio, en la que el Estado se veía cada vez más obligado a remunerar intereses mayores para los bonos a cinco años. Aún así, la emisión de ayer se situó todavía bastante lejos de la rentabilidad con la que colocó este mismo tipo de valores negociables en febrero de este año. Por esas fechas el tipo de interés medio y el tipo marginal fueron de un 4,045 y un 4,080%, respectivamente.
También destacó que el resultado fue peor a lo que esperaba el Estado, que cuando comunicó los objetivos de esta subasta indicó que esperaba que la rentabilidad del cupón fuera del 4,25% y, de hecho, al inicio de ésta el interés que marcaban los bonos a 5 años, en el mercado secundario de deuda pública era del 4,30%. Otro de los factores que deslucieron esta subasta fue la menor demanda que tuvo el Estado para poder colocar sus títulos. En este sentido el nominal solicitado fue de 6.361,25 millones de euros con lo que la demanda superó a la oferta en sólo 1,76 veces, frente a las 2,85 que alcanzó el ratio de cobertura de la colocación anterior.
Respecto a la presión especulativa que tuvo que soportar el Estado, en esta emisión fue mayor que en la de julio. Si tomamos como referencia la prima de riesgo, que mide la rentabilidad extra que le exige el mercado al bono español a 10 años frente al alemán por su mayor riesgo de impago, se observa que en la emisión precedente era de 265 puntos básicos frente a los 290 de esta subasta. Lo mismo sucede con el seguro frente a impagos o CDS (Credit Default Swap) que subió desde los 302 hasta los 357 puntos básicos. Es decir, por cada 10.000 euros de deuda soberana que se aseguren a 5 años, la prima que exigen de media los bancos de inversión aumentó hasta los 357 euros.
Los mercados de renta variable por su parte reaccionaron positivamente ante esta caída de la rentabilidad de la renta fija que compite directamente con ella para captar recursos de los inversores. Así se vio en el Ibex, que cerró con un alza del 0,49%.