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El golpe de poder de Sacyr podría traducirse en una mejora del dividendo de Repsol



    La alianza estratégica entre Sacyr y la petrolera mexicana Pemex, en virtud de la cual la constructora que preside Luis del Rivero refuerza su posición como principal accionista de referencia de Repsol al poseer virtualmente un 30 por ciento de su capital, está siendo recompensada en bolsa con subidas superiores al 7% para la española.

    ¿Qué implicaciones tiene este movimiento para Repsol, uno de los cinco grandes valores de la bolsa española?

    La primera y más obvia, la reconfiguración del mapa de los principales accionistas de la petrolera. En este sentido cabe destacar la premura de la constructora, que posee un 20% de Repsol, por dar el golpe de poder: hace apenas un mes que expiraron los pactos parasociales que limitaban los derechos de voto al 10% del capìtal. Lo que significa que, ahora, las nuevas reglas de la empresa dan mayor potestad a quien controle mayor porcentaje de la tarta del capital de Repsol, que está valorada en bolsa en unos 23.000 millones de euros.

    Cabe destacar que la alianza con Pemex, que controla un 5% de la petrolera española y se ha comprometido ha adquirir otro 5% en el próximo mes, deja a ambos socios al borde de una opa de exclusión (la ley española obliga a realizar esta operación a los accionistas que posean un 30% del capital y quieran ampliar su participación). Los nuevos aliados se han comprometido a mantener su relación durante los próximos 10 años, la vigencia del acuerdo.

    ¿Cómo afecta esta remodelación de la cúpula directiva a CaixaBank?

    El banco que preside Isidro Fainé es el tercer accionista de referencia, con una participación del 13% sobre Repsol. Cabe recordar que, durante el proceso de bancarización de La Caixa, se decidió dividir la compañía entre la Fundación de La Caixa, el banco malo, (con posiciones en Abertis, Realia y Gas Natural, donde también está presente la propia Repsol) y el banco bueno (la propia CaixaBank) con las participaciones estrella de Telefónica (5,1% de su capital) y Repsol. Fuentes del mercado hablan de que la entidad catalana habría sido informada del movimiento de Sacyr y Pemex. Desde Oddo afirman que no se espera que la caja catalana "se pronuncie oficialmente o tome cartas en el asunto" aunque remachan que "las disputas en la alta dirección no benefician a ninguno de los accionistas".  

    El dividendo de la discordia

    El movimiento dentro del accionariado de Repsol saca a la luz una disputa ya clásica entre la compañía que preside Antonio Brufau y Sacyr, el dividendo de la petrolera. Ya en el pasado ambas compañías habían mantenido agrias disputas por el recorte en el pago que entregó la primera a sus accionistas con cargo a 2009 como consecuencia de la caída de su beneficio neto, disputa que había quedado -aparentemente- resarcida con el incremento del 23,5 en el dividendo con cargo a 2010 que devolvía el dividendo a niveles de 2008 (1,5 euros la acción).

    Por otra parte, está el hecho de que dicha remuneración le sirve a Sacyr para pagar los intereses del crédito sindicado que contrajo hace cinco años con una serie de entidades financieras para comprar la participación de Repsol, crédito que vence este año.La constructora se ha pasado todo el año afirmando que conseguirá renegociar la deuda con sus acreedores, y el aumento de su peso en la toma de decisiones de Repsol contribuirá sin duda como un argumento a su favor... también porque podría presionar para que se incremente la cuantía del pago."Sacyr siempre ha querido más dividendo, y los posibles cambios en la presidencia (en el comunicado remitido a la CNMV Sacyr y Pemex hablan de su intención de separar el cargo de presidente y el de consejero delegado) podría afectar a la toma de decisiones estratégicas", explica Natalia Aguirre, de Renta 4.

    Las estimaciones del consenso de mercado apuntan a que el dividendo de Repsol se incremente a un ritmo del 10% anualizado hasta alcanzar los 1,54 euros por acción en 2014, fecha en la que vence el plan estratégico actual de la compañía. Asimismo, las previsiones apuntan a que la petrolera irá reduciendo progresivamente el pay out (porcentaje del beneficio neto que destinan al pago del dividendo) hasta el 50,49 por ciento previsto para dentro de 3 años.