Bolsa, mercados y cotizaciones

Cataluña se fija en la bolsa



    Algo está cambiando en la mentalidad de los empresarios catalanes. Hace unos años, ni se planteaban la posibilidad de salir a bolsa como una alternativa para financiar el crecimiento de sus empresas, pero ahora las cosas están evolucionando. Los tipos de interés han retomado el camino alcista y la crisis financiera obliga a mirar otras posibilidades para ganar tamaño.

    Aunque las circunstancias actuales del mercado financiero español desaconsejan plantearse una salida bolsa a corto plazo, son muchas las compañías que miran hacia el parqué como una solución a medio plazo. De hecho, la entrada de las sociedades de capital riesgo en los accionariados de las empresas catalanas hace pronosticar una oleada de salidas a bolsa en el plazo de tres o cuatro años.

    Laboratorios Almirall, Grifols, Vueling o una compañía tan familiar como Fluidra han dado un paso al frente y han marcado el camino que otros empresarios seguirán en el futuro. Por no hablar de Criteria, el gigantesco grupo empresarial de La Caixa, que juega en una división superior, pero que, en la medida que vaya realizando compras, se convertirá en un modelo para los industriales catalanes.

    Planeta Corporación

    El grupo de empresas que preside José Manuel Lara es una perla a la que muchos inversores le tienen puesto el ojo. Durante los últimos años, el grupo se ha reorganizado para tener una estructura más clara y comprensible para los inversores internacionales.

    Entre otras cosas, Lara ha separado Planeta Corporación (que reúne todas las compañías relacionadas con la edición de libros, medios audiovisuales y medios de comunicación) de su sociedad patrimonial, Inversiones Hemisferio, desde donde ha tomado participaciones en compañías como Banco Sabadell, La Seda de Barcelona, Metrovacesa, Vueling o la juguetera no cotizada Tecnitoys. Con la separación de negocios, hecha a principios de 2006, la salida a bolsa de Planeta Corporación es cuestión de tiempo y, sobre todo, de los planes de crecimiento de su presidente.

    Hace sólo unas semanas, Lara, como presidente del Círculo de Economía de Barcelona, instó a los empresarios catalanes a pensar en los mercados de capital como una posibilidad para crecer e internacionalizarse. Casi en paralelo, también indicó que Planeta Corporación está a punto de "adquirir un grupo editorial que edita en la segunda lengua europea más importante y no es español". Finalmente, en una intervención suya en la patronal catalana Fomento del Trabajo señaló que la salida a bolsa de su grupo es una posibilidad más y que irá en función de las necesidades financieras del grupo.

    Esas necesidades podrían ser relativamente inmediatas en caso de que Planeta Corporación adquiera todo el capital de Grupo Zeta, por el que ya ha hecho saber su interés, o opte por la compra de algunos de los activos editoriales que el gigante alemán Bertelsmann tiene fuera de su país.

    Otra de las medidas que ha tomado el equipo directivo de Lara para dotar a la compañía de un mayor atractivo para el inversor ha sido potenciar sus división de medios de comunicación. De hecho, en el último libro corporativo de la sociedad ya se presenta la corporación como "un grupo líder en comunicación" y que además "tiene los contenidos". Actualmente, el grupo cuenta con participaciones en Antena 3 Televisión, las cadenas de radio Onda Cero y Europa FM; los diarios La Razón, Avui y ADN, y las sociedades ligadas a la publicidad Movierecord y Unipublic.

    Freixenet, camino dibujado

    Freixenet es la primera empresa española del sector del vino con unas ventas de más de 500 millones de euros. El presidente de honor de la compañía, José Ferrer Sala, señaló en una entrevista a este diario que "el futuro de la empresa está en bolsa, pero yo no lo veré". Ferrer Sala es el pequeño de una familia formada por él y sus tres hermanas, donde cada uno de ellos controla el 25 por ciento de las acciones de la compañía.

    Ferrer, pese a sus 82 años y a su cargo de honor, sigue siendo el primer ejecutivo de la empresa y el responsable de cada unos de sus movimientos corporativos. Gracias a su gestión, la compañía se ha colocado entre los primeros grupos vinícolas del mundo con bodegas en Europa, América del Sur y del Norte y Australia.

    Sin embargo, ni Ferrer ni sus hermanas han considerado la posibilidad de salir a bolsa como una alternativa real. "Sería como meter a un extraño en el comedor de tu casa", señalan fuentes de la familia.

    El equipo directivo, también formado por miembros de la familia, ha diseñado en más de una ocasión su salida la bolsa, pero los accionistas les han frenado y han preferido optar por el endeudamiento.

    La avanzada edad de los accionistas abre una nueva etapa en Freixenet, que lleva tres años estancado, y que con la salida a bolsa podría realizar nuevas adquisiciones internacionales y progresar en el mercado mundial del vino. Además, con la salida a bolsa, la compañía ganaría en transparencia y en liquidez de sus acciones, algo que sería muy beneficioso cuando se produzca el relevo generacional en la sociedad y se quiera dejar una puerta abierta para vender las acciones.

    Codorníu, 200 accionistas

    El segundo productor mundial de cava es una da las compañías familiares catalanas más singulares. La empresa se encuentra en quinta generación y sus accionistas ya superan los 200. Durante años, la firma ha ido recomprando las acciones de aquellos que han decidido vender sus títulos, a través de unas valoraciones que recuerdan a las que hacía el Banco Sabadell antes de decidir salir a bolsa.

    Codorníu, cuya gestión sigue en manos de la familia, quiere evitar la salida a los mercados financieros para no ser comprada por una compañía mayor. Sin embargo, el crecimiento acelerado que el grupo ha realizado durante los diez últimos años (construcción de nuevas bodegas y compra de tierras) ha elevado mucho su endeudamiento, lo que, en una coyuntura de tipos de interés al alza, pesará en la cuenta de resultados del grupo.

    Ante esta situación, la propia presidenta de Codorníu, Mar Raventós, explicó en la convención anual del Instituto de la Empresa Familiar que tuvo lugar en Valencia que la compañía estaría abierta a la entrada de nuevos socios en su capital. El director general, Xavier Pagés, matizó posteriormente que la entrada de un nuevo socio se podría dar, pero al margen de la bolsa. En caso de que un socio ajeno a la familia entrara en el capital sería difícil poder mantener los blindajes que actualmente mantiene Codorníu.

    Applus, camino truncado

    Applus, la filial de certificación de Aguas de Barcelona (Agbar) era una de las principales compañías para dar el salto a los mercados financieros. Agbar diseño una operación en la que dio entrada a Caja Madrid y Unión Fenosa para hacer crecer la compañía mediante compras hasta los 600 millones de euros. Pero por el camino se cruzó el capital riesgo y los tres socios renunciaron a sus planes de crecimiento y vendieron la compañía por 1.480 millones de euros al fondo de inversión británico Carlyle y a un grupo de sociedades catalanas lideradas por Caixa Cataluña.

    En este caso, los planes de salida a bolsa se han retrasado, pero los mercados financieros son el medio natural de una compañía que se ha marcado como objetivo facturar más de 1.200 millones de euros en el ejercicio 2011, el doble de los que la empresa espera facturar en el presente ejercicio. La presencia de Narcís Serra, de Caixa Catalunya, como presidente de Applus pretende garantizar que la sociedad no quedará absorbida por alguna otra compañía de su sector.

    Naturhouse, en 2009 ó 2010

    El presidente y fundador de Naturhouse, Félix Revuelta, está buscando actualmente un socio financiero como paso previo a la salida a bolsa de la compañía. El salto al mercado financiero está previsto para dentro de tres o cuatro años. Revuelta, empresario burgalés afincado en Barcelona, ha conseguido en pocos años situar la sociedad en lo más alto del sector de la dietética con más de mil establecimientos en todo el mundo, muchos de ellos a través de franquicias, lo que le ha permitido un crecimiento muy acelerado.

    Naturhouse forma parte del Grupo Kiluva, el vehículo que Revuelta ha elegido para diversificar y seguir creando empresas.

    Palau Pharma, filial de Uriach

    A la estela de la salida a bolsa de Grifols y Almirall, otros laboratorios han fijado su mirada en el parqué. Laboratorios Uriach ha elegido una vía diferente a la de sus competidores. La familia Uriach ha creado Palau Pharma, una sociedad filial que integra los activos de departamento de investigación del grupo. Esta filial prevé recibir hasta 40 millones de euros de inversores españoles y entidades de capital riesgo. Uriach mantendrá la mayoría y la gestión de Palau Pharma, que en cuatro años incrementará su tamaño hasta los 80 millones de euros y cotizará en bolsa.

    InOut , en París

    InOut fue creada en 2001 por Eudald Domènech para producir y vender vídeo grabadoras de televisión. La compañía quiere crecer en España y, sobre todo, entrar en el mercado de Francia y Alemania. Para financiar el crecimiento de la empresa, Domènech, que controla el 64 por ciento del capital, ha elegido la salida a bolsa. "Es la mejor manera de contrastar el valor de una compañía", asegura. InOut ha elegido el mercado Alternext de París para cotizar. Este mercado, que se creó en Francia con la ambición de convertirlo en un mercado continental, acoge a pequeñas compañías que quieren cotizar pero que todavía son pequeñas para las bolsas tradicionales. InOut TV prevé cotizar en el Alternext a finales de la primavera o principios de otoño de 2008". La intención es sacar a bolsa entre un 20 y un 30 por ciento del capital.

    Cirsa y Guissona, dos fiascos

    Dentro del grupo de candidatos a salir a bolsa existen dos compañías que anunciaron su intención y que no pudieron sacar la operación adelante. Una de ellas es Agropecuaria de Guissona, una cooperativa que incluso modificó su estructura societaria para convertirse en sociedad anónima y salir a bolsa. Sin embargo, un cambio legal impidió realizar una serie de blindajes, lo que llevó a la compañía a anular la operación. Cirsa también lo intentó en septiembre del año 2000, pero la crisis bursátil frustró los planes de su presidente Manuel Lao.