Bolsa, mercados y cotizaciones

Los productos más preparados para cazar las gangas que deje la crisis



    El miedo a una ralentización de la economía mundial, la falta de unanimidad en la zona euro en cuanto a las medidas a tomar para frenar la crisis de deuda de la eurozona y la posibilidad de que las altas tasas de inflación de los países emergentes acaben con las únicas economías que hasta ahora han desafiado la recesión con boyantes incrementos de PIB son sólo algunas de las razones que explican que los mercados acumulen ya una de las peores rachas bajistas de toda su historia.

    Es cierto que los fuertes retrocesos que están acumulando los principales índices mundiales (desde el 21 de julio, cuando se acordó el segundo rescate griego, pierden de media un 15%) han disparado hasta niveles históricos las rentabilidades por dividendo de muchas compañías o que están generando importantes oportunidades de compra a precios muy bajos para aquellos inversores, pocos estos días, que inviertan a largo plazo.

    Pero también lo es que aún es mínima la posibilidad de que los índices inicien un rebote, al menos uno sostenible, ante la poca visibilidad de soluciones para las diferentes crisis con las que han de lidiar los mercados.

    Sin embargo, nada cae para siempre. Ni siquiera las bolsas. Y por ello, no está de más empezar a ahorrar para cuando el mercado se reencuentre con el rally, una vez los mercados dejen de bailar al son de los políticos y empiecen a fijarse otra vez en los fundamentales de las compañías cotizadas. "Las compañías están en mejor forma financiera que en 2008 aunque descuentan un crecimiento económico débil. Hace falta muy poco para que empiecen a recuperarse en el mercado", afirma John Botham, responsable de acciones europeas de Aviva Investors.

    ¿Cómo participar en la recuperación?

    Si uno quiere participar de esa recuperación del mercado a través de fondos, la mejor opción es seleccionar aquellos que tengan la mayor parte de su patrimonio invertido en liquidez. No sólo porque son los que tendrán más facilidad para volver a comprar acciones cuando todo vuelva a su cauce a largo plazo, sino también porque son los que menos expuestos están a las caídas que la bolsa seguirá protagonizando a corto plazo.

    Dentro del mercado europeo conviene destacar el fondo BBVA Bolsa Euro. Este producto, pese a formar parte de la categoría de renta variable Europa, tiene en la actualidad, según los últimos datos de Morningstar, un 44% de la cartera invertida en liquidez. El resto lo destina a las acciones de compañías, en su mayoría, integradas dentro de sectores defensivos. Por ejemplo, sus tres mayores posiciones están en títulos como la francesa Total, la alemana Siemens o la española Telefónica.

    Mejor defensa es la que ofrece el fondo Waverton European. Calificado con las cinco estrellas de Morningstar, este producto consigue limitar sus pérdidas anuales hasta el 8% (el Eurostoxx pierde en el año un 18%) gracias a dos variables. Una de ellas, es el alto porcentaje de su cartera que atesora en liquidez (32%) y la otra es que, a diferencia del fondo de BBVA, este producto no sólo invierte en la zona euro sino también en otros países europeos que no comparten moneda común.

    Por ejemplo, sus principales posiciones están en compañías como Novartis, Vodafone, o British American Tobacco y ninguna de ellas está expuesta, al menos no de manera directa, a la crisis del euro.

    Y ésta, la de intentar evitar las consecuencias que la crisis de la eurozona tendrá para las compañías que cotizan en ella, parece ser la máxima por la que se mueven sus gestores, Oliver Kelton y Edward Novis. "Hemos vendido la posición que teníamos en Red Eléctrica porque el adelanto de las elecciones en España puede traer consecuencias para el déficit eléctrico y Rentokil porque se verá afectada por una caída del crecimiento ruso", aseguran en su último informe.

    Más allá de Europa

    El hecho de que Europa haya sido uno de los mercados más castigados en lo que va de año no implica que sea el único expuesto a la sobreventa que están llevado a cabo los inversores.

    La incertidumbre que generó el acuerdo para elevar el techo de deuda en EEUU, con la consiguiente pérdida de la triple A para su economía o el miedo a que las altas tasas de inflación en los países emergentes acaben lastrando su crecimiento se ha traducido en una huida de los inversores de sus mercados de acciones, lo que ha convertido esta racha bajista en "la tercera peor para los mercados de acciones globales desde 1965", aseguran en Citi.

    Sin embargo, ya hay quien ha aprovechado los desplomes de los mercados para sacar partido. Así, según los datos de la consultora Trim Tabs, sólo en lo que va de agosto los insiders en EEUU han adquirido 861 millones de dólares en acciones, una cifra muy similar a las compras que se realizaron en marzo de 2009 (1.160 millones de dólares), cuando los índices iniciaron el rebote justo después de marcar mínimos.

    Quien confíe, como estos insiders, en que lo peor de la crisis estadounidense ya ha pasado quizá encuentre en fondos como UBS (Lux) SICAV 1 US o BBVA Bolsa USA sus mejores aliados. El primero tiene en liquidez el cien por cien de su patrimonio. Es decir, no puede tener la escopeta para cazar gangas más cargada. Y el segundo atesora, según los últimos datos disponibles, el 60 por ciento de sus activos en liquidez, mientras que el resto de su cartera está en gigantes defensivos como Apple, IBM o Exxon Mobile, lo que le permite recortar sus pérdidas hasta el 5%.

    Fuera ya de EEUU, y para quien busque beneficiarse de un rebote que sea global, al igual que está siendo el crash, también existen buenas oportunidades. Una de ellas es la que ofrece Merch Banc con su fondo Merch Oportunidades. Este producto destina un 58% de su patrimonio a liquidez y para componer el resto de su cartera elige compañías ligadas a sectores poco cíclicos como el de la salud, al que destina un 50% de su inversión en acciones o el de telecomunicaciones, que ocupa un 14%. Y es precisamente esta estrategia defensiva lo que le permite acumular una rentabilidad del 6% anual en los últimos cinco años.