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La UE planea librar a España e Italia de financiar la próxima ayuda a Grecia
El próximo mes de septiembre se promete complicado. El fin de la temporada estival y la vuelta al colegio parlamentario estará marcado por la necesidad griega de recibir el siguiente tramo de la ayuda de su paquete de rescate original, cuyo coste total asciende hasta los 110.000 millones de euros.
Sin embargo, los desbocados costes de financiación en España e Italia han hecho saltar las alarmas, ya que si ambos países tuvieran que cumplir con su compromiso de costear, junto a otros países europeos, la próxima remesa de préstamos al gobierno heleno, el azote de los mercados financieros sobre nuestro país podría ser mortal. De seguir con lo establecido, España tendría que aportar en este segundo rescate 8.800 millones e Italia 13.000 millones.
Para evitar rizar aún más el rizo, especialmente si tenemos en cuenta que el próximo jueves España volverá a someterse a una nueva subasta de bonos que se promete complicada, la Unión Europea podría estar considerando liberar a Italia y a nuestro país de sus responsabilidades para con Grecia.
"Estamos tratando de evitar un problema y conseguir que la EFSF financie el próximo tramo" dijo un funcionario europeo en declaraciones al The Wall Street Journal, en referencia al fondo de rescate de la Unión Europea, el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera. "El único problema es que esto ocurre con un tiempo de reacción muy limitado". Cabe recordar que tomar cualquier tipo de decisión sobre este asunto durante el mes de agosto es harto complicado si tenemos en cuenta que buena parte del Viejo Continente se encuentra de vacaciones.
¿Qué pasaría si el EFSF no estuviera listo para asumir dicha responsabilidad en septiembre? Tanto España como Italia podrían verse obligados a tener que conceder préstamos directos a Grecia, algo que incrementaría de forma instantánea la presión sobre los mercados de deuda soberana de ambos países. No hay que olvidar que, hasta la fecha, los miembros de la UE se han visto obligados a conceder créditos al país heleno ya que la estructura del EFSF, que tendrá una capacidad de financiación de 440.000 millones de dólares, no había sido fijada oficialmente.
Al fin y al cabo, los líderes europeos dejaron muchos cabos sueltos durante su última reunión de urgencia del pasado julio en lo que se refiere al funcionamiento de la EFSF. En dicho encuentro se acordó que sea este fondo el responsable de emitir el próximo préstamo a Grecia por valor de 5.800 millones de dólares, algo que reemplazaría así al sistema de préstamos bilateral acordado en 2010. Aún así, los cabezas de cartel parecieron obviar un importante detalle: la necesidad de dicho fondo de encontrar financiación suficiente durante el mes estival por excelencia. Por todos es conocido que agosto suele ser un periodo difícil para conseguir despertar la atención de los mercados financieros.
Si la situación no fuera de por sí complicada, todavía existe otro bache. Los parlamentos de varios países comunitarios deben todavía someter a votación la nueva regulación de funcionamiento del EFSF antes de que éste pueda comenzar a financiar la ayuda a Grecia.
En estas circunstancias, y para parchear la situación, la UE se plantea permitir que el EFSF costee parte del próximo tramo de ayuda a Grecia y el resto se financie de forma tradicional a través del sistema de préstamos directos, aseguraron las mismas fuentes al rotativo de Rupert Murdoch.
Si repasamos las condiciones de funcionamiento de este sistema de préstamos, es cierto, que se reconoce que los países cuyos costes de financiación superen los tipos de interés de los préstamos concedidos a Grecia, como es el caso obvio de España e Italia, serán recompensados con el pago de intereses recibidos por otros países cuyas condiciones financieras y costes de endeudamiento no supongan una carga individual. Además, se permite que no todos los países tengan que realizar los pagos a Grecia al mismo tiempo.
Por el contrario, los préstamos concedidos por el EFSF no tendrían que hacer frente a este problema, apuntó el mismo rotativo. Al fin y al cabo, la garantía de los seis países de la zona euro con una calificación de deuda triple A como Alemania, Francia, Países Bajos, Finlandia, Austria y Luxemburgo sería suficiente para respaldar la capacidad total del fondo de 440.000 millones en préstamos. Esta situación garantiza que el EFSF mantendrá su triple A y bajos costes de financiación, incluso si otros países europeos tuvieran que acceder a él.