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Stan O'Neal: Un afro-estadounidense tozudo entre los barones de Wall Street



    O'Neal, el primero de su familia en graduarse en una universidad, llegó a dirigir la importante división de corretaje de Merrill Lynch sin ser agente de bolsa, hecho inédito, y, hasta el martes, era el único afro-estadounidense a la cabeza de una gran casa de inversiones de Wall Street.

    NUEVA YORK (Thomson Financial) - El consejero delegado y presidente ejecutivo de Merrill Lynch, Stan O'Neal, jubilado este martes, se sale del típico perfil de un poderoso jefe de Wall Street, y por el contrario dedicó su vida a romper tabúes.

    Su caída se precipitó cuando rompió un tabú de Wall Street: pierde mucho dinero y serás expulsado.

    O'Neal, de 56 años, perdió su empleo luego de que el banco de inversiones y corretaje acusara la semana pasada una pérdida neta de 2.400 millones de dólares -contra 4.500 millones anunciados inicialmente- por su exposición desmesurada a productos financieros adosados a préstamos de dudosa solvencia.

    Estos números fueron una revelación vergonzosa para una institución que se promociona como una aceitada máquina de hacer fortunas.

    Pero O'Neal presidió Merrill Lynch durante buenos tiempos en años recientes. Pulcro y elegante ejecutivo, estuvo 21 años en la firma antes de que las grandes pérdidas impulsaran su salida como jubilado, que según versiones de prensa podría reportarle unos 160 millones de dólares.

    La historia personal de O'Neal calza en el 'sueño americano'.

    Nació en Roanoke, Alabama (sur), en 1951. El hospital en el pueblo de sus padres, Wedowee, no permitía la entrada de negros.

    Nieto de un esclavo, de niño O'Neal ayudaba a su familia a cosechar algodón y maíz, según una entrevista que dio en 2001 a The Harvard Business School Bulletin.

    En su juventud, la familia de O'Neal se mudó a Atlanta, Georgia (sureste), donde vivió en un complejo de casas estatales. El padre consiguió un trabajo en la línea de ensamblaje de General Motors.

    O'Neal asistió al Instituto General Motors, ahora llamado Universidad Kettering, y trabajaba en la planta Doraville de la compañía automotriz cuando no estudiaba.

    Trabajó como supervisor de General Motors hasta que consiguió un cupo en la elitista escuela de negocios de la Universidad de Harvard, donde obtuvo su MBA en 1978.

    'No había mucha gente como yo', dijo O'Neal en la entrevista en 2001, al evocar su llegada al campus de Harvard, en un tiempo en el que los estudiantes afroamericanos en ese centro de estudios eran una rareza.

    O'Neal regresó brevemente a trabajar a General Motors, antes de entrar a Merrill Lynch en 1986 como banquero de inversión.

    Los siguientes 21 años los dedicó a ir escalando la jerarquía corporativa de Merrill.

    Desde que se convirtió en presidente ejecutivo hace cinco años, O'Neal recibió decenas de millones de dólares en sueldos y beneficios.

    Fue conocido por despedir a altos gerentes sin que le temblara el pulso desde que asumió el máximo cargo.

    Un informe del Wall Street Journal indicó el lunes que O'Neal regularmente sometía a los ejecutivos a duros interrogatorios sobre el desempeño de la empresa, sobre todo si se rezagaba con respecto a sus principales rivales, como Goldman Sachs.

    'Llegó al punto en el que no querías estar en su oficina' los días en los que Goldman anunciaba sus ganancias, dijo al Journal un ex gerente de Merrill.

    O'Neal mantuvo un relativo bajo perfil como presidente ejecutivo de Merrill en comparación con otros jefes de Wall Street, y dio pocas entrevistas. Su biografía en Merrill no señala intereses por fuera de la oficina o detalles familiares.

    Se jubiló en medio de las fuertes pérdidas, pero también luego de haber provocado irritación en el Consejo tras sostener conversaciones sin autorización con el Banco Wachovia, una entidad con la que exploraba la posibilidad de fusionarse.

    tfn.europemadrid@thomson.com

    AFP/jr

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