Bolsa, mercados y cotizaciones
El empuje del euro emplaza a Trichet a no aumentar los intereses en junio
Incógnita resuelta. Finalmente, el Banco Central Europeo (BCE) no subirá los tipos de interés en junio; como pronto, el siguiente repunte se producirá en julio. Aunque la institución encuentra que persisten "las presiones alcistas sobre la inflación", entiende que las prisas no son buenas consejeras. A su juicio, por ahora basta con "analizar muy de cerca" la inflación en vez de ejercer sobre ella una "fuerte vigilancia". Y esto, en el encriptado lenguaje de la entidad que preside Jean-Claude Trichet, equivale a que no aumentará los intereses en la siguiente reunión. Vamos, que permanecerán al menos dos meses más en el 1,25 por ciento al que los mantuvo en la cita de hoy.
Lo llamativo, sin embargo, fue que Trichet conectó esa decisión de no encarecer el precio del dinero en la próxima reunión con la fortaleza del euro. El banquero galo reconoció que la situación de la moneda única "fue uno de los parámetros que incorporaron para tomar su decisión". Pese a que matizó que "siempre tiene en cuenta el euro", estas palabras sorprendieron porque Trichet acostumbra a despachar el asunto de las divisas con varias frases hechas del tipo "las divisas deberían reflejar los fundamentos económicos" o "el exceso de la volatilidad y los movimientos desordenados en los tipos de cambio tienen implicaciones adversas sobre la economía". Pero hoy no. Reconoció que el Consejo de Gobierno del BCE no es inmune a la fortaleza del euro. Sobre todo, en un contexto en el que las medidas de otros contribuyen a debilitar sus divisas. ¿Quiénes? No dio nombres de forma directa, pero sí por alusiones. Mencionó que el secretario del Tesoro de EEUU, Timothy Geithner, y el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, ratificaron la semana pasada que "un dólar fuerte va en beneficio de la economía norteamericana".
Entre líneas, el mercado interpretó que Trichet estaba protestando contra el reciente empuje del euro, que el miércoles escaló hasta los 1,494 dólares, su cambio más alto desde diciembre de 2009. Y esta queja, unida al hecho de que los tipos no subirán en junio, algo que esperaba el mercado, frenó en seco a la moneda única. La retahíla de descensos fue notable: cayó un 0,9 por ciento contra la libra esterlina, hasta las 0,891 libras; un 1,8 por ciento contra el dólar, hasta los 1,45 dólares; y un 1,9 por ciento contra el yen japonés, hasta los 117,3 yenes.
Los problemas de la deuda periférica también latieron tras la templanza mostrada por el BCE. Trichet dio la bienvenida al acuerdo de rescate de Portugal -ver página 27- y rechazó que Grecia vaya a reestructurar su deuda. "No está en las cartas", aseveró.
La escopeta sigue cargada
Eso sí, aunque Trichet corrigió las expectativas de los inversores al no preparar un repunte para junio, ratificó que, dado que la economía atraviesa "un momento positivo", su punto de mira sigue centrado en los precios, sobre todo para evitar "unas presiones inflacionistas con una base más amplia". Su escopeta, por tanto, sigue cargada... aunque no vaya a disparar tan rápido como preveía el mercado.