Bolsa, mercados y cotizaciones

El incendio inflacionista provoca la cuarta subida china del coeficiente de caja bancario



    El dinero obligatorio que las entidades asiáticas deben tener alcanza el nivel récord del 20,5%

    madrid. China sigue en su lucha a brazo partido por intentar enfriar su alto nivel de inflación, y mantener equilibrada su economía. Para ello, ayer volvió a elevar un 0,5 por ciento la cantidad exigida como reserva obligatoria a sus principales bancos, que ahora ya llega al nivel récord del 20,5 por ciento. El nuevo requerimiento entrará en vigor el próximo 21 de abril.

    Se trata de la cuarta vez que el Banco Central de China toma esta medida en el año y, en añadidura, llega menos de un mes después de la anterior modificación, que se produjo el 25 de marzo. El incremento de las exigencias de capital a la banca china pretende reducir el exceso de liquidez de estas entidades para a su vez impedir que éstas otorguen préstamos ilimitados. Además, con ella se prevé que se extraigan en torno a 350.000 millones de yuanes (un poco más de 37.000 millones de euros) del sistema financiero chino, de acuerdo con un informe publicado por Bank of America Merrill Lynch.

    Lo que no está claro es que a la cuarta vaya la vencida. O a la décima, si tomamos en consideración el conjunto de medidas que ha aplicado la C de los BRIC (acrónimo con el que se conocen a las principales potencias emergentes) entre 2010 y el presente ejercicio: entre otras, las cuatro veces que ha modificado el Gobierno de China los tipos de interés, que en la actualidad ya alcanzan el 6,31 por ciento (ver gráfico).

    Las propias autoridades chinas han manifestado su intención de seguir endureciendo las políticas económicas del gigante asiático hasta que consigan apagar el fuego de la inflación... o, por lo menos, mantenerla controlada en el 4 por ciento para el resto del año, como anunció Wen Jabao, el primer ministro de la República Popular de China. Por su parte, el gobernador del Banco Central chino, Zhou Xiaochuan, afirmaba en declaraciones recogidas por Bloomberg: "Nuestra política monetaria continuará desplazándose desde moderadamente abierta hasta prudente". Asimismo, Zhou añadió que esta tendencia se prolongará "por algún tiempo" y sin un límite fijado para los bancos: "Depende de muchas condiciones. Cuando esas condiciones cambien, la fuerza y espacio para los ajustes en el ratio de reservas obligatorias también cambiarán".

    No obstante, los retoques al sistema financiero y a las políticas monetarias no han sido los únicos ajustes que ha utilizado el Gobierno asiático para equilibrar su economía. En los últimos meses, también ha aplicado duros correctivos a la especulación en el sector inmobiliario, además de empezar a ejercer control en los precios de algunas materias primas. Son todas ellas medidas alternativas a las que han sugerido en repetidas ocasiones a lo largo de los últimos meses EEUU y los países de la zona euro, la reevaluación del yuan. Una medida que no termina de gustarle a China, pues implicaría restar competitividad a su divisa frente a un dólar históricamente bajo.

    Cúmulo de preocupaciones

    La decisión de las autoridades de la potencia asiática fue más bien previsible, debido a la publicación la semana pasada de los datos sobre el crecimiento económico y la inflación que registró el país en marzo, que reflejan un aceleramiento inédito desde julio de 2008 (ver apoyo). En declaraciones a la agencia Reuters, el economista Lin Songli, de la firma Guosen Securities en Pekín, expresaba el sentir general: "El PIB del primer trimestre muestra que la economía va bien en general, de modo que aún hay espacio para el endurecimiento"

    El aumento del coste de la vida es lo que más preocupaciones suscita. Especialmente, porque viene dado por las alzas continuadas en los precios de las materias primas blandas, aunque la inflación no relacionada con los precios de los alimentos también se ha acelerado un 2,7 por ciento en el último mes, según datos procedentes de Bloomberg.

    La cuestión es que las autoridades temen que, de seguir subiendo el precio del dinero, al tener los alimentos un peso tan fuerte en la cesta de la compra (no sólo de China, también del resto de países emergentes), al final se termine por generar un clima de inestabilidad social en el interior del país... algo que no conviene a la nación más poblada del planeta.

    Ecos bursátiles

    Más allá de las fronteras de China, el principal temor es que la ralentización de la locomotora asiática retrase a su vez el ritmo de la recuperación mundial, especialmente ahora que otros mercados emergentes -India, Rusia- están dando señales de que vuelve a entrar dinero. El Hang Seng, el indicador de la bolsa de Shangai, avanza en torno al 4, 2 por ciento en 2011, y aunque no se encuentra en máximos en el año -los marcó el 19 de enero en los 24.419,62 puntos-, se mueve en niveles que remiten a marzo de 2008. Las compañías más alcistas son la teleco China Unicom (34,9 por ciento) y el productor de acero Citic Pacific (19,3 por ciento)