Bolsa, mercados y cotizaciones
Todo lo que debe saber antes de contratar un depósito estructurado
A la hora de decantarse por este tipo de producto, cuya demanda es previsible que aumente debido a las limitaciones del Ministerio de Economía con respecto a los tradicionales, debe conocer su funcionamiento. Una parte de su dinero le reportará una rentabilidad fija durante un periodo corto de tiempo. El resto, dependerá de la evolución de la renta variable, y puede diluir el interés.
Nunca habrá una última batalla mientras quede un campo en el que seguir luchando. La denominada guerra del depósito vuelve a estar en el candelero. Si hace un año la falta de liquidez en el sector financiero llevó a las entidades a elevar la rentabilidad para captar clientes, ahora el vencimiento de muchos de aquellos depósitos vuelve a agudizar el ingenio en pleno proceso de la reestructuración de las cajas de ahorros, con permiso, claro, del Ministerio de Economía, que ahora se propone regular la rentabilidad de los mismos.
Frente a los depósitos tradicionales, que remuneran el ahorro mantenido en un plazo de tiempo establecido, algunas entidades apuestan por ofrecer otras opciones. Hablamos de los estructurados. Una alternativa en la que el ahorrador debe conocer las condiciones antes de dejarse seducir. El producto divide nuestra inversión en dos partes. Una porción del dinero estará remunerada a plazo fijo, normalmente de pocos meses; mientras que la otra fluctuará en función de la evolución un índice bursátil o del comportamiento de acciones, entre otros. Algo que hace imposible al ahorrador saber cuál será la rentabilidad real que al final le otorga el depósito.
Si aun así está dispuesto a asumir que una parte de su dinero dependa de las expectativas bursátiles, y dispone de 50.000 euros puede valorar la opción que ofrece Banco Santander. Durante un año el 90 por ciento del ahorro estará asegurado a través de una rentabilidad fija del 4,5 por ciento TAE. Hasta aquí no difiere de uno tradicional. Sin embargo, si lo elige no pierda de vista la evolución en los próximos tres años de Telefónica, Inditex y BBVA en el parqué. De ello dependerá el 10 por ciento de su dinero.
Por ejemplo, imaginemos que dicho porcentaje sólo depende del comportamiento de Telefónica. Si ésta cayera un 25 por ciento en tres años la situación sería la siguiente: de sus 5.000 euros invertidos en la operadora le quedarían 3.750. Si los unimos a los 47.025 euros del interés fijo, la rentabilidad real sería en este caso del 1,55 por ciento, frente al 4,5 ofrecido. Y si de expectativas seguimos hablando, quizás le divierta pensar en si Alonso o Hamilton ganarán el campeonato de Fórmula 1. No obstante, cuando recibir un interés adicional sobre su ahorro depende de esa variable, quizás no le anime tanto. Es lo que ofrece el Banco Sabadell a través del depósito Pole Position. Éste combina un interés del 4 por ciento a un año para la mitad de su dinero, mientras que la remuneración restante dependerá de la bolsa y de si uno de los dos pilotos se hace con el campeonato.
La desconfianza que supuso la crisis financiera hizo mitigar la presencia de estos depósitos que florecen esta primavera, al construirse a través de coberturas que hoy tienen menores costes para las entidades.