Bolsa, mercados y cotizaciones
Cómo puede el inversor sacar partido de los cambios de los índices
Cuando se anuncia que una compañía entra a formar parte de un índice, la reacción del mercado es la de comprar sus títulos, con el consiguiente repunte de la rentabilidad. Se vio en Amadeus y ayer también en BlackRock. Y hay fondos que se dedican a arbitrar y obtener rentabilidad por esta via.
Si supiera que miles de inversores se van a ver obligados a comprar acciones de una determinada compañía, ¿no vería lógico adelantarse a esa futurible subida y comprar títulos de esa empresa? Pues hay fondos que precisamente basan su estrategia de inversión en estas ineficiencias que se producen en el mercado. Se les conoce como fondos de arbitraje de índices y en el mercado español se comercializan dos: Dexia Index Arbitrage, lanzado en el año 2003, y Aviva Investors Index Opportunities, accesible para el inversor español desde finales del año pasado.
"Lo que hace el fondo es comprar acciones el día en que la empresa anuncia que va a empezar a cotizar en un determinado índice y se mantienen hasta el día en que empieza a cotizar", afirma Jerome Nunan, uno de los gestores del fondo de Aviva. Pero no sólo eso. También adquieren compañías susceptibles de entrar en los índices antes de que se realice el anuncio. Una estrategia arriesgada pero que les permite, "beneficiarse del precio de la subida que experimentan el día que se anuncia".
De hecho, Amadeus, la última incorporación del Ibex (lo de IAG como sustituta de Iberia estaba ya descontado) rebotó un 3,05 por ciento el día en que se conoció que formaría parte del principal índice español, e Inveb, que entró a formar parte del Eurostoxx 50 en septiembre también repuntó más de un 4 por ciento ese día. Y similar alza experimentó el miércoles BlackRock, que reboto un 6% tras conocerse que entrará a formar parte del S&P500.
Pero, ¿qué es lo que explica la fuerte subida que experimentan estos títulos cuando se conoce que van entrar a formar parte de un índice? Javier Ruiz Villabrille, director de Dexia en España, alude a la fuerte demanda de estos títulos que presentan los fondos de gestión pasiva (ETF incluidos). "Cuando los índices cambian de peso o de compañías hay mucha volatilidad porque no pueden asumir hacer ese cambio antes de que se haga efectivo, porque se desviarían mucho del índice y nosotros vemos si hay opción de arbitraje por los ajustes que tienen que hacer esos fondos de gestión pasiva". Además, la entrada masiva de inversores marca un momentum apropiado para esas compañías en el sentido de que generan mayor liquidez ya que aumenta el número de inversores que están interesados en adquirir sus títulos o venderlos.
A diferencia del fondo de Aviva, el de Dexia sólo compra en el momento en que se conoce el nombre del integrante y nunca antes. "No invertimos en todas las compañías que entren en los índices sino en aquellas que puedan generar algún movimiento por registrarse un volumen y te cubres para evitar que tu posicionamiento cambie hasta el día que entre", afirma Villabrille. Sin embargo, hay que tener en cuenta que estos fondos no responden a ningún criterio de valor. Ni siquiera siguen una estrategia a largo plazo, sino más bien oportunista y que tiene una correlación cero con los índices. Esto explica que sólo mantengan en cartera los títulos de las compañías desde el momento en que se anuncia que van a entrar en los índices hasta el día en que esos cambios se hacen finalmente efectivos. Es decir, cuando empiezan a cotizar en los selectivos.
De momento, el fondo de Aviva acumula una caída en 2011 del 1,73 por ciento aunque, según explica su gestor, el objetivo es generar una renjtabilidad anual de entre el 5 y el 7 por ciento, asumiendo una volatilidad máxima del 5 por ciento. Mientras el fondo de Dexia, que sí tiene en cuenta los cambios que se producen en el Ibex 35 gana un 0,36 por ciento este año y en los ultimos tres ejercicios ha obtenido una rentabilidad anualizada del 3,36 por ciento, según Morningstar.
Ambos, sin embargo, pueden haber mejorado esta rentabilidad en el último mes, ya que marzo es uno de los meses del año en el que hay más revisiones en los índices.