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El presidente surcoreano cruza la frontera para reunirse con Kim



    SEÚL (Reuters) - El presidente de Corea del Sur, Roh Moo-hyun, fue recibido el martes en la aislada capital norcoreana por una animada multitud y su líder, Kim Jong-il, en la segunda cumbre que celebran ambos enemigos de la Guerra Fría que siguen técnicamente en guerra.

    Pero sus críticos dicen que la visita se dirige más a asuntos políticos nacionales y esperan que pase de puntillas por temas sensibles como las armas nucleares y los abusos a los derechos humanos.

    Un Kim serio y de gesto adusto, vestido con su característico traje caqui y unos zapatos con plataforma que lo hacían parecer más alto que Roh, estrechó la mano del líder surcoreano y su esposa.

    El saludo contrastó ampliamente con la efusiva bienvenida que Kim ofreció al por entonces presidente surcoreano Kim Dae-jung cuando se celebró la primera cumbre, en el año 2000. Entonces, ambos líderes pasearon juntos en coche, se abrazaron, mantuvieron sus manos unidas y hasta entonaron canciones patrióticas.

    Cuando sólo le quedan cinco meses para cumplir su mandato, Roh ha dicho que usará la cumbre para presionar por la paz y por un recorte armamentístico en la península, donde hay estacionados alrededor de dos millones de soldados, la mayoría de ellos apostados cerca de la frontera.

    "Estoy cruzando está línea prohibida de división", dijo Roh al entrar en el vecino del norte cruzando una franja amarilla de 80 centímetros de ancho en la que están escritas las palabras "paz y prosperidad".

    Los sondeos muestran que los surcoreanos favorecen el encuentro y una eventual unificación pero quieren que el proceso avance lentamente, ya que temen que los cientos de miles de millones de dólares que costaría absorber a su empobrecido vecino afectarían su economía.