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Condenados a entendernos: 3 meses y un día para la entrada en vigor de SEPA
Eva Yraola
Madrid, 29 sep (EFECOM).- Cuando faltan tres meses y un día para la entrada en vigor del Área Única de Pagos en Euros (SEPA, por sus siglas en inglés), las entidades financieras y, sobre todo, los consumidores españoles, están listos, aunque no lo sepan, para la nueva normativa.
El SEPA, que entra en vigor el 1 de enero de 2008, prevé crear un mercado de pagos integrado que permitirá a los consumidores, las compañías y otros actores económicos hacer y recibir pagos en euros en condiciones idénticas, sean las transacciones nacionales o entre distintos Estados.
Las consecuencias de este mercado único de pagos son enormes, y varían según los protagonistas.
En cuanto a los consumidores, la puesta en vigor del SEPA permitirá una importante rebaja de las comisiones de las transferencias bancarias, pero al tiempo abrirá la vía para que las entidades cobren a sus clientes por las domiciliaciones de recibos o por la recepción de su nómina.
Según fuentes del Banco de España, las mayores consecuencias de estos cambios estarán en las transferencias, que serán cada vez más automáticas, de manera que el precio de estas operaciones "debería ser muy bajo o incluso nulo, dependiendo de la política comercial de cada entidad".
Pero junto a esta posible rebaja de precios, se impondrá el sistema de cobro al recibir una transferencia, debido a que tanto el SEPA como la Directiva de Pagos -entrará en vigor en noviembre de 2008- instarán la desaparición de las comisiones interbancarias e impondrán que cada uno de los intervinientes en estas operaciones pague sus propios gastos, es decir, el que la ordena y el que la recibe.
Las exigencias del SEPA se podrán aplicar a las transferencias normales a partir de enero próximo, pero no a las efectuadas para pagar las nóminas, las pensiones o las devoluciones de impuestos, que deberán esperar casi un año hasta la entrada en vigor de la Directiva.
Fuentes del Banco de España admiten que este nuevo sistema abrirá la posibilidad de que las entidades cobren a sus clientes al recibir la nómina o la pensión, pero auguran que ninguna lo hará, dada la gran competencia existente en el sector.
Los bancos, en principio, deberán adoptar estrategias de deslocalización y externalización si quieren seguir siendo competitivos después de la entrada en vigor del SEPA y, de hecho, el 68 por ciento de los bancos europeos tiene planificado deslocalizar sus sistemas de pago -ofrecer estos servicios desde el extranjero- en los próximos cinco años, según la última edición del Informe Mundial de Pagos.
El estudio, elaborado por Capgemini, ABN Amro y la Asociación Europea de Dirección y Marketing Financiero (EFMA), revela además que el 58 por ciento de los bancos ya han externalizado sus actividades de pago o tienen previsto hacerlo total o parcialmente antes de 2012.
El Banco Central Europeo (BCE) pidió en el mes de julio que se preste "particular atención" a que exista claridad en las cuestiones relacionadas con las domiciliaciones bancarias cuando se ponga en marcha el sistema del Área Única de Pagos en Euros (SEPA).
En este sentido, el BCE dijo que "se debe prestar particular atención en dotar de claridad a todos los aspectos de las domiciliaciones, hacer referencia a la necesidad de, al menos, un proyecto adicional europeo de tarjetas de débito, y asegurar la disponibilidad de los bancos".
Por lo que se refiere a medios de electrónicos de pago (tarjetas), las entidades emisoras se enfrentan, además de al reto de la homogeneización a los costos de la implantación del proceso.
Según datos facilitados por Mastercard, el coste de la implantación del SEPA en España oscilaría entre los 200 millones de euros presupuestados por la consultora Accenture y los 600 millones calculados por el BBVA.
Las expectativas de crecimiento del negocio de las tarjetas son, según un estudio de la consultora Tatum, enormes, dado que a finales de 2006 había en España más de 70 millones de tarjetas, pero el gasto con este medio de pago representaba a finales del año pasado sólo el 16 por ciento del total del gasto de los hogares españoles.
Para esta consultora, la implantación del SEPA "redefinirá las fuentes de negocio, fomentará la consolidación de la industria y comprometerá importantes inversiones. EFECOM
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