Bolsa, mercados y cotizaciones

Qué materias primas hay que meter en la cesta en 2011



    Si quiere sacar partido al incremento del IPC de países emergentes, no pueden faltar las agrícolas.

    La economía tiene sospechosos vaivenes como el que hemos visto en los últimos meses. Si en noviembre la Reserva Federal (Fed) mostraba al mundo su esperado programa QE2, cuyo objetivo era comprar 600.000 millones de dólares de deuda pública para combatir la caída de precios que por entones amenazaba a la economía estadounidense, ahora la preocupación empieza a ser que la inflación vuelva a aparecer en escena.

    Los datos hablan por sí solos: las tensiones derivadas de la revolución egipcia han disparado el precio del petróleo y han llevado al barril de Brent a superar los 100 dólares y las catástrofes naturales que se han visto en países como Australia o India, unido al estancamiento de la oferta y al aumento de la demanda, han servido como excusa para que los precios de las materias primas agrícolas no dejen de revalidar nuevos máximos históricos.

    Todo ello ha tenido su impacto al alza en las perspectivas de inflación. Y no sólo en los países desarrollados -esta semana los expertos consultados por el BCE han afimado que ven el aumento de precios en la zona euro en el 1,9 por ciento este año, frente al 1,5 por ciento anterior (y para EEUU el FMI pronostica que su tasa de inflación vaya en aumento)-; también en los emergentes. De hecho, la subida de precios es ya la principal preocupación de los bancos centrales de países como China, India, Tailandia o Indonesia.

    Tanto que todos estos países, así como Polonia, Hungría, Corea del Sur, Perú, Brasil, Serbia o Israel han recurrido a la vieja medida de subir los tipos de interés para combatir el alza de precios. Una idea que también empieza a convertirse en una opción posible (aunque de momento no probable) para los bancos centrales de los países desarrollados -ahora el 61 por ciento de los expertos ya ve subidas de tipos en la zona euro en 2011, cuando hace tan sólo un mes ninguno consideraba esta posibilidad al menos hasta 2012-.

    Ante este escenario, no son pocos los analistas que empiezan a incluir en sus recomendaciones de inversión estrategias para cubrirse frente al riesgo inflacionista. Una amenaza que ahora, con perspectivas de crecimiento económico poco boyantes, puede tener una incidencia más negativa en los inversores. ¿Qué se puede hacer, entonces? La opción más recurrente, y que mejor funciona, es la de invertir en materias primas, cuyos precios se acompasan al encarecimiento del coste de vida. La duda está en cuáles.

    Según explica Jacobo Zarco, analista de Atlas Capital, todo depende de lo que busque el inversor. "Si el inversor europeo quiere combatir su propia inflación, hay que tener en cuenta que son los precios de la energía los que más influyen en la subida del IPC, pero si buscan aprovechar la alta inflación de los países emergentes, las materias primas ligadas a la agricultura serían la opción más acertada".

    Contra el IPC europeo...

    A diferencia de lo que sucede en los emergentes, el hecho de que la inflación suponga una amenaza para la economía a corto plazo no es algo tan claro. De hecho, gestoras como Carmignac incluso consideran que en "Europa siguen manteniéndose las presiones deflacionistas, ya que mientras que los países periféricos no reestructuren su deuda, la recuperación de Europa seguirá siendo algo pasajero".

    Y muchos apuntan a que el repunte de la inflación en la zona euro en enero (subió hasta el 2,4 por ciento) obedeció más a una serie de factores puntuales que a una tendencia que se mantenga en el futuro. "Es consecuencia de unos impuestos más caros, del alza de las materias primas y en concreto de los precios del gas natural tras la ola del frío invernal", afirman en Schroders.

    Sin embargo, ya sea a corto plazo o a largo, lo que está claro es que la estrategia más demandada a la hora de cubrirse contra el alza de precios en los países desarrollados es a través de vehículos ligados a la evolución del petróleo, ya que son los precios de la energía los que más influyen en el IPC. "La recomendación sería ir a fondos con mayor nivel de diversificación, aunque teniendo en cuenta que la inflación es muy sensible a lo que suceda con el petróleo y el gas natural", asegura Juan Ramón Caridad, de Julius Baer.

    Una vez conocido dónde invertir, queda por saber cómo. Y hay dos opciones. La forma más directa para invertir en la evolución del crudo o del gas natural es a través de ETF, como ETFS Brent 3yr ETC o RBS RICI Enhcd Brent Crde Oil TR Idx ETC, para el crudo o RBS S&P GSCI Natural Gas OfCl Idx TR ETC, para el gas natural. Estos fondos tienen como principal ventaja que replican el comportamiento de los futuros sobre estas materias primas pero, ojo, porque quien invierta en ellos ha de saber que tiene que asumir el riesgo de contango o backwardation, que afectan a la correlación. "Hay que tener en cuenta cuándo se invierte la curva de futuros, ya que antes de que venza vendes la posición al precio de contado y compras el futuro, lo que se conoce como rolar, y en estos precios de los futuros influyen las leyes de oferta y demanda", afirma Zarco.

    La otra opción es beneficiarse del incremento de los precios de la energía de un modo indirecto, como por ejemplo, comprando fondos que inviertan en petroleras. Está comprobado que una subida en los precios del crudo tiene una incidencia positiva en las petroleras en el mercado, ya que éste descuenta que su beneficio será mayor -Chevron y Exxon por ejemplo han presentado beneficios récord al calor del crudo por encima de los 100 dólares y muchas marcaron máximos en el parqué cuando estalló la revolución egipcia-. Quien opte por esta opción ha de saber que los productos que mejor están aprovechando el alza del crudo de este año son Invesco Energy C EUR Hdg y Clariden Leu (Lux) Energy Equity H EUR, con ganancias superiores al 8 por ciento.

    Eso sí, no se puede descartar una corrección a corto plazo. Sobre todo si el crudo deja de empalmar jornadas alcistas. De momento, aunque la Agencia Internacional de la Energía haya elevado su demanda para 2011 ve al petróleo cayendo hasta niveles de 90 dólares.

    ...o emergente

    Es el gran reto al que se enfrentan los países emergentes. La alta inflación que sufren ha llevado a la mayoría de países emergentes, sobre todo asiáticos, a aumentar los tipos de interés para frenar el alza, aun a riesgo de que ese recorte se traduzca en un menor crecimiento económico. Pero todo tiene su cara y su cruz: la cruz es para los ciudadanos de estas economías y la cara para los que invierten en materias primas agrícolas. "La materias primas ligadas a la agricultura suponen el 60 por ciento del IPC de los países emergentes frente al 10 por ciento que influyen en la inflación de los países desarrollados", afirma Caridad.

    De momento, los precios de materias como el algodón, el arroz, el trigo o el maíz acumulan ya revalorizaciones de dos dígitos sólo en lo que va de año. Y parece que su recorrido aún no ha acabado. Por dos motivos. Según explica Caridad, una política muy recurrente por parte de los países para luchar contra la inflación es poner límites a las exportaciones y hay que tener en cuenta que muchos de ellos son grandes exportadores de materias primas, por lo que esta limitación termina incidiendo al alza en el precio. Por otra, hay que tener en cuenta que las inundaciones en Australia, la sequía en China o los incendios en Rusia destruyeron buena parte de las cosechas y por tanto de la oferta (los inventarios de muchas materias primas están ya en mínimos), lo que también actúa como catalizador para estas materias primas.

    Al igual que con el petróleo, los inversores también tienen la opción de invertir en fondos que inviertan su cartera en compañías ligadas a l.a agricultura como por ejemplo, DB Platinum Agriculture Euro I1C o BGF World Agriculture A2 EUR Hdg. Ambos fondos ganan más de un 5 por ciento en 2010 y tienen en compañías como Basf Mosaic o la fabricante de fertilizantes Potash, sobre la que BHP Billiton lanzó una opa en 2010, sus principales posiciones.

    Sin embargo, en cuestión de rentabilidad, este año está dando mejores resultados la inversión en ETF que replican el comportamiento de índices de futuros, ya sea de una única materia agrílola (hay sobre el maíz, el trigo, el café...) o de varias. Dentro de este último grupo conviene aprenderse nombres como db Agriculture Booster Euro Hedged ETC o Source S&P GSCI Agriculture TR T-ETC.

    Para rotos y descosidos

    El grupo de materias primas se completa con los metales industriales y los preciosos. Independientemente de la inflación, ambos grupos ofrecen oportunidades de inversión atractivas a corto plazo. El primero de ellos tiene en el cobre a su principal aliado. "Hay mucha escasez de cobre y por eso va a seguir disparado", afirma Zarco. Además, el cobre, al igual que el aluminio o el níquel, son materias primas muy correlacionadas con la economía, por lo que un crecimiento en la misma se notaría positivamente en su precio.

    ¿Y si no llega la recuperación? Habría que recurrir a un clásico: el oro que, además, es históricamente el activo para cubrirse contra la inflación por excelencia. Además, a diferencia de lo que sucede con las materias agrícolas o la energía, el inversor sí puede comprar directamente oro y disfrutar de una correlación exacta. Y también podrá comprar metales industriales a través de ETF, ya que ETF Securities lanzó a finales de 2010 los primeros fondos que replican físicamente el comportamiento de estos metales.