Bolsa, mercados y cotizaciones
Después del flash crash, puede llegar el splash crash
- La inestabilidad geopolítica puede provocar un derrumbe en cadena de todo
¿Se acuerdan del flash crash de mayo, cuando el Dow Jones llegó a caer un 8% en una sola sesión? Pues ahora puede llegar una catástrofe todavía mayor que se extendería más allá de las bolsas y afectaría a las divisas, las materias primas y los bonos. Los norteamericanos lo han bautizado como splash crash (splash significa salpicar).
Las interconexiones entre plataformas de trading de alta velocidad hacen cada vez más probable un acontecimiento así. Los problemas geopolíticos como los de Egipto y el resto de países árabes son claros candidatos a provocar este crash, que secaría la liquidez de estas plataformas y provocaría el desastre en varios mercados.
"Los efectos dominó ya no están limitados a un solo activo, los algoritmos son cada vez más sofisticados y acompasan todos los elementos que pueden tener impacto en la operativa de cualquier mercado", advierte John Bates, director tecnológico de la empresa Progress Software.
El flash crash del 6 de mayo tuvo como detonante la crisis de la deuda europea. Las investigaciones han determinado que hubo una gran orden de venta que dejó sin liquidez al mercado, lo que provocó que varias grandes empresas cotizaran momentáneamente a un centavo. Pero el daño quedó limitado a la bolsa.
Onda expansiva
Bates cree que, si se produce un acontecimiento similar en el futuro, y hay un shock en los programas algorítmicos que controlan el trading más agresivo, los efectos serán mucho más extendidos. Y este experto no es el único que teme un derrumbe en cascada si el miedo vuelve a apoderarse del mercado.
"Estamos convencidos de que va a pasar. Estamos constantemente en alerta naranja en busca de señales de su desarrollo, porque, por definición, no vendrá de donde todo el mundo está mirando. Tiene que venir de donde nadie mira. Creemos que empezará en las divisas y se trasladará a la deuda", opina Kevin Ferry, presidente de Cronus Futures Mangement.
Un ejemplo de cómo sería un splash crash es el siguiente, según Bates: los traders que operan en una petrolera multinacional como BP -por decir una- se ponen nerviosos si la economíaa China empieza a debilitarse y la demanda de petróleo cae. Dado que el crudo está denominado en dólares, eso provoca una subida de esta divisa a la vez que se derrumban los futuros que apuestan por una subida del petróleo. Y eso, a su vez, impactaría en los precios de otras grandes petroleras como Exxon o Chevron.
Aunque los programas algorítmicos están preparados para manejar un acontecimiento de este tipo, su traslado a los bonos afectaría a los bancos y los hedge funds. Y como estos mercados cada vez están más controlados por los mismos programas informáticos, que suponen más de la mitad del volumen de las bolsas, los efectos serían muy grandes, según este escenario.
"Si se produce una gran inestabilidad o algo imprevisto y unos de estos algoritmos hace algo extraño o inesperado, el efecto dominó sería enorme en todas las clases de activos", opina. "Los sistemas se colgarían, el limitado ancho de banda haría que las órdenes se colapsaran, los mercados se congelarían y eso salpicaría a todos los activos. El Apocalipsis", concluye.
Es cierto que se trata de un caso extremo, pero si algo nos ha enseñado esta crisis es que los riesgos que se ignoran porque parecen inverosímiles, ocurren. Son los famosos cisnes negros.