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Piñera afronta la dimisión del ministro de Defensa y protestas por el gas
Piñera, un multimillonario empresario de derecha, se enfrenta a la renuncia de Jaime Ravinet, el primer ministro que deja su gobierno, enfrascado en sucesivas polémicas tras negarse a transparentar la compra de un puente mecánico.
Ravinet era el único miembro no oficialista de su gabinete. De hecho, la aceptación como ministro, en marzo de 2010, le valió ser expulsado del opositor partido Demócrata Cristiano.
La polémica se dio sobre un puente adquirido tras el terremoto del 27 de febrero de 2010 con fondos de la Ley Reservada del Cobre, que financia las adquisiciones militares. A pesar de que las adquisiciones de esa ley están protegidas por secreto el ministro fue conminado a dar explicaciones por la oficina estatal de Transparencia, a las que el ministro se negó.
Ravinet argumentó que si las FFAA son obligadas a revelar cuentas que son secretas podrían mostrarse "renuentes" a ayudar en una nueva catástrofe. Esto le valió un vendaval de críticas y ser conminado a dar explicaciones ante una comisión de la Cámara.
En su comparecencia en el Congreso, y sin darse cuenta de que los micrófonos seguían abiertos, Ravinet comentó a los diputados que lo acompañaban que el puente valía "callampa", una expresión popular chilena para designar algo de poco valor. El comentario acrecentó las críticas y al final le valió el cargo, en el que tambaleaba desde hace meses por su estilo más político en contraste con el perfil gerencial que tienen Piñera y el resto del gabinete.
"Ravinet era el político con más experiencia y trayectoria en el gabinete. Su salida muestra la tensión entre el estilo personalista de Piñera, que concentra poder en sus propias manos, y la expectativa de empoderamiento que tenía Ravinet", explicó a la AFP el analista de la Universidad Diego Portales, Patricio Navia.
"Con un presidente que es también ministro en todas las carteras, Ravinet no tenía nada que hacer en Defensa. Piñera necesita ministros que sean gerentes sectoriales, no autoridades políticas que puedan ejercer liderazgo en sus sectores", agregó.
Su salida se da en momento en que la popularidad de Piñera ha caída más de 10 puntos, para situarse en niveles de entre el 44% y 47%, y agudizó las presiones en la alianza de gobierno para un cambio de gabinete más profundo.
"El que haya un ajuste con el ministro de Defensa después de esos episodios puede abrir la puerta para un remezoncito suave del árbol. Nunca es malo", dijo Carlos Larraín, presidente del oficialista partido Renovación Nacional.
"Creo que las cosas ya no dan para más. Lo más sano en este minuto es que el presidente tome una decisión, si va a seguir con la misma política comunicacional o va a hacer un cambio", señaló el diputado Gustavo Hasbún, de la Unión Demócrata Independiente, segundo partido de la coalición gobernante.
En la mira para un cambio está el ministro de Energía, Ricardo Raineri, por el conflicto en Punta Arenas, 3.000 kilómetros al sur de Santiago, donde se inició el miércoles un paro indefinido en rechazo al alza del 17% en el valor del gas.
Al anunciar la medida, Raineri señaló que se acababa "la fiesta del gas", lo que exacerbó las protestas que en el inicio dejaron a dos mujeres muertas, atropelladas por un conductor que intentó esquivar una barricada.
Desde el jueves está abierta una mesa de diálogo que intenta solucionar el conflicto, bajo la mediación de la Iglesia católica.
"La actuación del Gobierno ha demostrado deficiencias en la capacidad de análisis político, como una evidente deficiencia en anticipar los efectos provocados", comentó el abogado y analista en comunicaciones, Andrés Jirón.