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'Misión financiación': el Tesoro inicia la caza de 192.000 millones en 2011
Vuelta a la normalidad. Atrás quedan los villancicos, el turrón, las uvas y los regalos de Reyes. Y en el caso del Tesoro Público, casi un mes de vacaciones, puesto que no lleva a cabo una subasta desde el pasado 21 de diciembre. Pero el asueto llega a su fin.
Retomará la actividad el próximo jueves, 13 de enero, jornada en la que tiene previsto lanzar bonos a cinco años. Será la primera emisión de un año que, a priori, se presenta como la más difícil de la historia reciente por culpa de la crisis de la deuda soberana. Es más, ésta se va a dejar notar desde el principio, puesto que el estreno de España se va a producir en una semana en la que Grecia, Portugal e Italia también colocarán títulos. Toda una avalancha de deuda periférica que pondrá a prueba la capacidad de absorción del mercado.
Según los datos recogidos en los Presupuestos Generales del Estado, la misión del Tesoro en 2011 consistirá en desafiar ese tenso entorno para captar 192.000 millones de euros.
En su deseo de alargar la vida de la deuda en circulación, el grueso de la actividad se concentrará en bonos y obligaciones, es decir, deuda a medio y largo plazo. En este segmento, las emisiones brutas ascenderán a 93.800 millones de euros. Teniendo en cuenta los vencimientos, esa cantidad reportará de forma neta 47.200 millones a las arcas públicas.
En cuanto a la deuda a corto plazo -las letras-, emitirá tantas como amortice, por lo que no engordará el montante total. De cumplirse estas metas, cuando termine 2011 la deuda española en circulación alcanzará los 588.000 millones de euros, casi el doble que antes del estallido de la crisis en 2007.
Mucho más exigente
El principal escollo con el que se topará el Tesoro Público será que las tensiones en torno a la deuda periférica se han traducido en un sustancial incremento de los costes de financiación. Sin ir más lejos, hace un año la prima de riesgo de España, medida por los intereses adicionales de los bonos españoles a 10 años sobre los alemanes de igual vencimiento, se limitaba a 61 puntos básicos -ó 0,61 puntos porcentuales-. Ahora, esa brecha asciende a 265 puntos básicos, con lo que se encuentra en zona de máximos desde mediados de los años 90.
Este termómetro es la mejor muestra de la presión a la que se ha visto sometida la deuda española en el último ejercicio. Pero no la única. Un vistazo a la curva de rentabilidades, desde las que se exigen a las letras a tres meses hasta las demandadas a las obligaciones a 10 años, demuestra la profundidad de la tensión.
Hace un año, el rendimiento de la deuda a más corto plazo se encontraba en el 0,35 por ciento; hoy, en el 1,05 por ciento. Y en el caso de los títulos a una década, el 3,98 por ciento de comienzos de 2010 se ha convertido actualmente en un 5,51 por ciento. Todo ello, en un escenario en el que no se han producido incrementos en los tipos de interés, que permanecen en el 1 por ciento desde mayo de 2009.
Hay dinero, pero más caro
En este escenario, los expertos lo tienen claro: España se financiará, pero a un precio superior. Como sostienen los analistas de Société Générale, "los emisores soberanos no tendrán problemas para cumplir sus programas de financiación en 2011, pero habrá que ver el precio y los diferenciales que pagan".
Al mismo tiempo, fuentes del mercado reconocen que la capacidad de financiación de España en 2011 dependerá de dos elementos. El primero, la adopción de reformas estructurales, sobre todo en materia financiera, laboral y de pensiones, porque de su profundidad y acierto dependerá la recuperación de la credibilidad en los mercados.
Y el segundo, el cumplimiento del objetivo del déficit público previsto para 2011, que se sitúa en una cifra equivalente al 6 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB). "Es la clave. Si España se desvía de esa meta, el mercado no se lo perdonará", asegura un experto en mercado de capitales de un banco extranjero con presencia en España.
Otro obstáculo provendrá de la sobredosis de colocaciones de deuda pública que deberá absorber el mercado en 2011, que podrían ascender a unas emisiones brutas que rondarán un billón de euros en el caso europeo. Como muestra, el atasco de esta semana, en la que Grecia, Portugal, España e Italia emitirán títulos.
Vencimientos concentrados
El mercado también estará pendiente del calendario de vencimientos, que en el caso español presenta tres momentos clave. Serán los meses de abril, julio y octubre. Según los últimos datos de la Dirección General del Tesoro y Política Financiera, en cada uno de esos meses España deberá devolver entre 20.000 y 25.000 millones de euros, con lo que concentran la mayoría de los casi 120.000 millones que vencen en el conjunto del año.