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La presidencia del BCE es la decisión más importante que afronta Europa en 2011
- Christine Lagarde y Emilio Botín, sus apuestas más ocurrentes
¿Cuál es la decision financiera más importante a la que se enfrenta Europa en 2011? Para Matthew Lynn, columnista de Bloomberg, la respuesta es sencilla: la elección del nuevo presidente del Banco Central Europeo.
Hasta ahora hay tan sólo dos candidatos, el alemán Axel Weber, presidente del Bundesbank y principal favorito, y el gobernado del Banco de Italia, Mario Draghi. Para Lynn ninguno de los dos es la opción correcta. Weber sería "intolerable" para los países periféricos, mientras que Draghi enfadaría a los alemanes hasta tal punto que podrían abandonar el euro, según el columnista.
Ante esta situación, propone tres soluciones a este problema: se podría buscar un oscuro hombre holandés, que es lo que hicieron cuando Wim Duisenberg tomó las riendas de la institución como primer presidente; se podría prorrogar el mandato de Trichet para terminar de arreglar los problemas del euro o se podría buscar un candidato alternativo que no procediera de algún banco central.
Habitualmente, los altos cargos en Bruselas no tienen mucho poder, pero en el caso de presidente del BCE es diferente. Este año la figura es más importante todavía, con el euro en "peligro de muerte", recuerda Lynn, y cuya supervivencia recae en los hombros de la persona que se haga cargo del BCE en los próximos años.
El problema tanto de Weber como de Draghi no es quiénes son si no de dónde proceden. En condiciones normales harían un buen trabajo, según el analista, pero ahora no: un italiano confirmaría los peores miedos de los alemanes, al ser el candidato de los países más endeudados.
El caso de Weber no sería menos provocativo, e incluso podría forzar a Portugal o a Grecia a irse del euro, según Lynn, camino que podrían seguir incluso España e Italia. Sin ellos, no tendría mucho sentido el experimento del euro, según el comentarista.
Las soluciones? ¿Emilio Botín?
La primera opción, la del oscuro hombre holandés, es la habitual cuando dentro de la Unión Europea hay divisiones. En este perfil encajaría el gobernador del banco central de Austria, Edwald Nowotny, sobre el que ya se ha rumoreado, o los menos conocidos Erkki Liikanen, finlandés, o Guy Quaden, belga.
La segunda alternativa, la de Trichet, significaría cambiar algunas normas. Pero como recuerda Lynn, sólo tiene 68 años, ha manejado la crisis tan bien como cualquiera y se podría presentar como un par de manos seguros para dirigir a la moneda única en estos momentos complicados. El problema es que no sería una solución a largo plazo.
La tercera opción que da Lynn es la más arriesgada: buscar a alguien que no esté al frente de un banco central. Y aquí da el nombre de la ministra de Economía francesa, Christine Lagarde. Hasta ahora ha jugado un papel crucial en los rescates, algo que parece que tendrá que ser parte del trabajo del próximo presidente del BCE.
El otro nombre con el que especula Lynn es el de Emilio Botín, el presidente de Santander. Como recuerda, es probablemente el banquero europeo de más éxito, ha superado la crisis sin apenas problemas, y a pesar de venir de España, tiene una gran experiencia internacional a la hora de fusionar bancos.
Lynn concluye que hay argumentos a favor y en contra de todas las opciones, y que incluso la tercera, la de Lagarde y Botín, podrían no ser serias. Pero sí que quiere dejar un punto claro: la UE necesita buscar candidatos alternativos para presidir el BCE.