Bolsa, mercados y cotizaciones

La deuda europea descarrila por el 'vagón' de los periféricos



    Son demasiadas las dudas y muy alta la volatilidad que se está viendo en los bonos de la zona euro, pero ¿se puede rascar rentabilidad de este miedo? No demasiada...

    La inversión en renta fija nunca fue tan complicada. Los inversores acudían a ella como un salvoconducto en tiempos complicados de mercado. Pero ese salvoconducto ha resultado ser falso. En diciembre se cumple un año desde que Grecia aumentó sus previsiones de déficit público, lo que fue recibido por el mercado con fuertes caídas en bolsa y contestado por parte de las agencias de calificación crediticia con recortes en su nota. Desde entonces, los inversores de renta fija no han hecho sino rezar para que sus inversiones en renta fija no se vieran perjudicadas, primero la crisis griega y luego por su extensión al resto de los países de la eurozona -ahora el foco está puesto en Irlanda y Portugal aunque el contagio a España es uno de los escenarios más defendidos-.

    Pero nadie escuchó esas oraciones. Desde entonces la rentabilidad de la deuda a 10 años de los países desde entonces conocidos como PIGS (Portugal, Irlanda, Grecia y España) no ha hecho sino aumentar -sube con la caída de precios- hasta marcar este año máximos nunca vistos. Los gobiernos han tenido que rascarse el bolsillo para conseguir colocar su deuda en el mercado (esta semana el Tesoro español ha pagado un 30 por ciento más que en su anterior subasta por colocar letras a 12 y 18 meses y un 10 por ciento más por vender obligaciones a 10 y 30 años).

    Y los inversores han visto cómo sus en teoría seguros fondos de renta fija han acumulado caídas de hasta el 10 por ciento en muchos casos. Al menos los que invertían en deuda de los PIGS, ya que en toda guerra siempre tiene que haber vencedores. Y en este caso Alemania y Francia o, mejor dicho, sus bonos públicos, han salido airosos, ya que muchos de los inversores asustados por la crisis de los periféricos han encontrado en ellos el flotador al que agarrarse. De hecho, los fondos de deuda pública de la zona euro que más ganan en el año tienen en común la alta exposición que tienen deuda de estos países.

    Así ha sido hasta ahora, pero la perspectiva de futuro se antoja bien distinta. Tanto en la renta fija pública como en la privada quedan muy pocos trenes rentables que coger. Al menos si esos vagones están marcados con la marca Europa.

    Nada en deuda pública...

    "Alemania y Holanda lo han hecho muy bien, pero con las bajas rentabilidades que están ofreciendo sus bonos queda muy poco valor", afirma Miguel Llorente, de Capital at Work. Coincide con él Felix López, analista de Atlas Capital. "Ver rentabilidades del 7 por ciento en deuda gubernamental no va a volver a ocurrir. Ha habido un traspaso de riesgo corporativo al soberano y sólo puede volver a producirse ese traspaso si se produjera una doble recesión". Algo que ya muy pocos expertos dan por probable. Además, hay que tener en cuenta que el rendimiento del bund germano es del 2,68 por ciento, muy inferior a su media histórica de los últimos cinco años (3,62 por ciento) por lo que aunque pueda caer a corto plazo, lo más habitual es que suba a medio. De hecho, todos los productos han acumulado caídas en el último mes, incluidos aquellos que invierten en los países centroeuropeos.

    Diferente es la situación a la que se enfrentan los países de la periferia europea. Si bien la rentabilidad que están ofreciendo es atractiva (el bono español cotiza por encima del 4,7 por ciento, el Grecia sobre el 11 por ciento y el de Portugal, superando el 6 por ciento), sobre todo si se descarta una quiebra, el riesgo al que se enfrenta el inversor es la volatilidad. Y sobre todo, la más que probable posibilidad de que una vez se apague el foco irlandés, éste se vuelva a encender en países como Portugal o España. De momento, esta misma semana el equipo de renta fija de BlackRock, ya tenía infraponderada en sus carteras las deudas de Irlanda y Portugal, y ahora ha cambiado de sobreponderar a infraponderar los bonos de España e Italia.

    "Preferimos evitar los países periféricos, no tanto por la solvencia sino por la volatilidad que ofrecen los fondos", asegura Carlos Fernández, analista de Inversis. Este experto pone de manifiesto uno de los grandes problemas que tiene el inversor de fondos de renta fija, y es su dependencia de los tipos de interés, ya que el valor liquidativo del fondo se calcula a diario y no a vencimiento y cuando rescatan el producto pueden encontrarse con pérdidas que no se producen cuando se compra directamente un título de deuda pública en el mercado primario. "Si el inversor asume riesgo sí puede encontrar oportunidades en la inversión directa en Portugal y España, pero siempre en plazos cortos para evitar la volatilidad de la duración", afirma Fernádez.

    Sin embargo, hay que tener en cuenta que las futuras emisiones en estos países, aunque ahora estén ya con rentabilidades altas, pueden seguir en ascenso. "En la evolución de la deuda periférica influye también la de la de los países más sólidos ya que se tiene el riesgo de que la deuda alemana suba y el diferencial entre el bund y los bonos españoles tampoco puede estrecharse en exceso", afirma López.

    ...y muy poco en privada

    Ganar con bonos gubernamentales sin querer asumir riesgo es por tanto imposible, pero ¿y conseguir rentabilidad con la deuda corporativa? Complicado. Si bien los fondos que invierten en las emisiones corporativas han disfrutado en el último año de rentabilidades no vistas en años- de media los productos de renta fija privada europea consiguen rentabilidades del 6,35 por ciento a doce meses y cerraron 2009 con ganancias medias del 30 por ciento-, parece que han tocado techo.

    "Si se habla de renta fija en general de Europa es probable que el BCE suba los tipos de aquí a doce meses, ya que parece que se generará inflación y en ese entorno es difícil ganar con la renta fija", asegura Céline Giffard, analista de Self Bank. Al menos, no a través de fondos, ya que ahora cotizan a un precio alto en función con la rentabilidad que pueden obtener. Sobre todo, si invierten en deuda de alta calidad. "La deuda de alta calidad ya ha hecho todo el recorrido que tenía que hacer pero si hay un crecimiento débil o algo mejor que lo que se espera sí pueden surgir oportunidades en high yield", afirma Fernández.

    Aun sí, puede quedar alguna opción atractiva de alta calidad acudiendo directamente al mercado primario ya que, de mantenerse los problemas de financiación y las dudas sobre la eurozona, las compañías podrían acudir al mercado y ofrecer cupones atractivos para poder captar inversores.

    ¿Y en otros mercados?

    Que Europa no es el mejor mercado para invertir en renta fija, o al menos no el que tiene más papeletas para conseguir arañar rentabilidad, está claro. Sin embargo, ¿hay opciones rentables para invertir en deuda más allá de la frontera europea? Sí, aunque sólo para aquellos que quieran asumir riesgo en sus carteras.

    Una de las opciones más defendidas por los gestores es la inversión de deuda pública de países emergentes en moneda local. Ya han recorrido mucho (muchos ganan de media un 20 por ciento en 2010) y tienen en contra una subida de los tipos de sus bancos centrales para frenar las presiones inflacionistas. Pero aún tienen a su favor el efecto divisa, sobre todo teniendo en cuenta que ni el dólar ni el euro tienen intención de apreciarse a corto plazo, y también el efecto que en sus emisiones tengan las previsibles subidas de rating por parte de las agencias.