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Trigo: la prohibición de Rusia evoca la crisis alimentaria de 2008



    "Hay pánico en el mercado europeo de cereales". Así de rotundo se ha mostrado un comerciante europeo en referencia a la decisión de Rusia, uno de los mayores productores mundiales, de suspender hasta finales de año las exportaciones de trigo. Según indican los expertos, puede provocar fuertes aumentos de precios en artículos de consumo diario como el pan, la harina o la cerveza e incluso conducir a una nueva crisis alimentaria global.

    Muchos evocan a la crisis alimentaria de 2008, que provocó disturbios en algunos países en desarrollo, de acuerdo con el diario británico Financial Times. Los precios europeos del trigo han aumentado más de un 12% hasta los 236 euros por tonelada, mientras que en EEUU los futuros del cereal han crecido más de un 80% desde mediados de junio, la mayor subida en cuarenta años.

    El director general de la FAO, Jacques Diouf, señaló al periódico británico que las existencias globales de cereales, que actúan de colchón durante las crisis, se han recuperado desde el pasado 2007.

    Favorece la especulación

    Sin embargo, advirtió de que las compras debidas al pánico y las prohibiciones a la exportación -como el caso de Rusia-, alimentan la especulación y pueden llevar en el peor de los casos a una nueva crisis alimentaria mundial.

    Únicamente las existencias de cereales en EEUU pueden dar lugar a cierto optimismo: los agricultores estadounidenses, que son tradicionalmente los exportadores mundiales de último recurso, tienen actualmente reservas de casi 30 millones de toneladas frente a sólo 8 millones en la anterior crisis. Además, los inventarios de arroz, maíz y otras cosechas están por encima de los niveles de hace tres años.

    Según comerciantes y analistas, el que la escasez registrada en la región del Mar Negro se convierta o no en una crisis alimentaria mundial dependerá de dos factores: el tiempo y la reacción de los gobiernos.

    La meteorología será crucial en los seis próximos meses, cuando los suministros pasen a depender de Australia y Argentina, que hacen sus cosechas en diciembre. "Necesitamos hasta la última tonelada de trigo que produzcan los otros grandes exportadores", afirmó Richard Feltes, de la firma MF Global, de Chicago.

    Evitar malas reacciones

    En cuanto a la reacción de los gobiernos, también preocupa porque podrían exacerbar el problema restringiendo las exportaciones o acumulando reservas.

    Esto es lo que ocurrió en 2007/08, cuando una escasez no demasiado grave se convirtió en la peor crisis alimentaria mundial en treinta años al prohibir Rusia, Argentina, Vietnam, la India y otros países las exportaciones, mientras que los importadores de otros países como Egipto o Arabia Saudí se dedicaron a comprar movidos por el pánico.