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Dogi intenta poner fin a un largo sueño bajista: el valor reacciona y lidera las subidas
La multinacional textil Dogi ya sabe cómo tejer su futuro para volver a la ansiada rentabilidad. La competencia de los fabricantes chinos que están introduciendo en Europa materia prima elástica para confección -la base del negocio de Dogi- y la competencia en Asia y Estados Unidos con precios más bajos y calidades aceptables han asfixiado a la textil catalana.
Los accionistas dieron el apoyo a la estrategia para intentar superar este año las pérdidas. Han optado por el rigor aceptando el nombramiento del nuevo consejero delegado, Karel Schröder, elegido por el presidente y primer accionista familiar, Josep Domènech. Schröder, ex directivo de Carburos Metálicos y accionista de la textil (DGI.MC), es un gestor con un plan muy claro para reflotar el negocio de los tejidos elásticos sin diversificar, pero con recortes importantes.
Recortes
El nuevo consejero delegado suprimirá este año cerca de 160 empleos en la fábrica de El Masnou. El grupo textil ya despidió a 99 personas en 2006. Según Schröder, la compañía ha intentado mantener unos niveles de producción en Europa, y en España, "incompatibles con las exigencias de la rentabilidad y las tendencias globales".
En pocas palabras: quien mucho abarca poco aprieta. Además, Dogi cambiará a la mayor parte de los directivos de sus plantas de China y Filipinas, "por una inadecuada gestión local". La compañía, presidida por Josep Domènech, perdió el año pasado 17,6 millones de euros. "Un ejercicio francamente negativo", según su consejero delegado, que califica de "error" fabricar en Europa con unos costes muy superiores a los de Asia.
Pago de dividendo
Con el plan austero de Schröder la empresa espera poder pagar dividendo a los accionistas en 2008, ejercicio en que la empresa confía en tener beneficios recurrentes. La textil fue fundada en 1954 por la familia Domènech. El presidente y fundador del grupo, Josep Domènech, ha dejado los mandos del futuro de la compañía en manos de la firmeza y el rigor en el gasto en busca de eficiencia en manos de Schröder, con lo que algo del origen familiar se pierde. Los cambios responden al deseo de profesionalizar la gestión y la necesidad de volver a los beneficios. La competencia china se ha llevado por delante en Cataluña desde 1995 más de 190.000 empleos y doscientas empresas. Y Dogi necesita renovarse y ser eficiente al máximo para sobrevivir.
Antes de recortar, el nuevo consejero delegado deberá digerir las compras realizadas el último año. Después de sus recientes inversiones en fábricas en Sri Lanka, la textil ha comprado más mercado para consolidarse en Estados Unidos. Dogi controla el 10 por ciento del mercado americano. Y en los próximos meses se impondrán otros recortes si las plantas no son rentables. Lo que parece claro es que la nueva gestión no deja lugar a la complacencia y si no se remedia puede haber más recortes en España.