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¿En qué se parece el Código de Conthe al Código da Vinci?



    Incomodan al poder establecido y quieren denunciar secretos inconfesables. Los puntos comunes de dos obras polémicas.

    MADRID. Los secretos que esconde la Mona Lisa han sido desbancados por la transparencia que quiere inyectar Manuel Conthe en los círculos de poder empresarial. El presidente de la CNMV y su polémico Código de Buen Gobierno han robado protagonismo al mismísimo Dan Brown y a su obra El Código da Vinci, un auténtico best seller, capaz de vender más de 44 millones de ejemplares.

    Ni el juicio por plagio al que se enfrenta Brown, ni las reiteradas críticas vertidas por la Iglesia Católica contra su ópera prima han podido hacer nada. Ahora, la verdadera estrella, el libro de cabecera de todos los consejos de administración es El Código de Conthe, una nueva versión sobre los secretos inconfesables de las cúpulas y las tramas al más alto nivel.

    Puntos comunes

    Pero Brown no debe ponerse celoso. Al contrario, puede pensar que, quizás, parte del éxito cosechado por Conthe responda, precisamente, a los muchos puntos que el Código de Buen Gobierno tiene en común con su libro. Los dos son polémicos y, del mismo modo que Brown descubrió los supuestos secretos que esconde el Louvre, el presidente de la CNMV está empeñado en seguir el rastro e interpretar los jeroglíficos que llevan hasta el corazón de un grupo reducido de poderosos.

    De hechos, las dos obras coinciden en su deseo de destapar un secreto inconfesable, capaz de echar por tierra el status quo del poder establecido. En el libro de Brown, el supuesto secreto amenaza con sepultar a la Iglesia Católica. En El Código de Conthe, el inconfesable que intentan sacar a la luz son los amiguismos, informaciones privilegiadas y abusos de poder que, en demasiadas ocasiones, habitan en las cúpulas empresariales.

    Además, ninguno lo tiene fácil. Robert Langdon, el protagonista de Brown, debe enfrentarse a la policía y a la Iglesia para conseguir descubrir la verdad. Siempre pisándole los talones, huye de París y cruza el Canal de la Mancha hasta conseguir resolver el misterio. Del mismo modo, Conthe ha sido estigmatizado por la crema empresarial española y un lobby encabezado por Santander, ACS, Telefónica, Prisa y BBVA ha movido todos los hilos a su alcance para echar por tierra el código.

    Pero Conthe, como Langdon, no parece dispuesto a tirar la toalla. Al contrario, da la impresión de crecerse cuando le atacan, convencido de haber activado la palanca que abre la puerta hacia la cueva secreta de las compañías: sus consejos. Para defenderse, ha sacado toda la artillería e, incluso, ha pedido a la prensa denunciar abusos como los blindajes de los máximos ejecutivos de BBVA.

    Ahora, falta por ver si Conthe también consigue destapar los secretos. Pero no debe olvidar una importante diferencia: Brown escribe novela sobre hechos fantásticos. Él, realidades.

    Los códigos de la discordia: ¿novela o realidad?
    1 Ángeles y demonios. Los dos libros han tenido tantos detractores como admiradores. Dan Brown ha recibido las críticas de la Iglesia Católica, y el aplauso de millones de los lectores. Además, ha sido denunciado en Londres por plagio. Conthe, por su parte, ha sido atacado por las grandes compañías, y respaldado por minoritarios, inversores internacionales y asociaciones de consejeros. También ha sido acusado de copiar las reglas anglosajonas, en vez de centrarse en la realidad española.

    2 Best Seller. La obra de Brown se convirtió en un éxito de ventas, con más de 44 millones de ejemplares vendidos. El código de Conthe es el nuevo el libro de cabecera de los consejos de administración españoles.

    3 La saga continua: Tras el éxito del Código da Vinci, Dan Brown ha repetido éxito con Ángeles y Demonios y promete seguir danto guerra con Fortaleza Digital. El CódigoConthe es la tercera entrega de una saga que arrancó Olivencia y continuó Aldama. Además, cada tres años promete ampliar su trama con nuevos capítulos.

    4 Contra el poder establecido. A Dan Brown no le tembló el pulso para atacar a una de las mayores instituciones del mundo: la Iglesia Católica. Del mismo modo, Manuel Conthe ha arremetido contra todas las grandes empresas españolas y, en concreto, contra los salarios millonarios y los blindajes de oro de sus directivos.