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El Banco de Japón cede a las presiones para hacer frente a la deflación



    Tokio, 1 dic (EFE).- El Banco de Japón (BOJ) decidió hoy inyectar más dinero al sistema financiero, a un bajísimo interés del 0,1 por ciento, tras las presiones del Gobierno nipón para que tomase medidas concretas contra la deflación y un yen en alza.

    En una reunión extraordinaria, el BOJ tomó una medida de emergencia poco habitual: proveer 10 billones de yenes (77.152 millones de euros) a los bancos comerciales para favorecer la concesión de créditos y aumentar el consumo e inversiones de capital como medio de frenar el problema de la deflación.

    La medida se prolongará tres meses, en los que los bancos tendrán acceso a ese instrumento de flexibilización monetaria que aceptará como garantía papel comercial, bonos del Gobierno y otras obligaciones.

    El Gobierno nipón ha presionado al Banco de Japón en las últimas semanas para que, además de mantener los tipos casi a cero, haga más para contrarrestar la caída de los precios y la reciente apreciación del yen frente al dólar a su nivel más alto en catorce años.

    El Ejecutivo no quiere que la mejora del Producto Interior Bruto (PIB) iniciada en el segundo trimestre del año se frene y Japón vuelva a la recesión antes de las elecciones de julio al Senado, en las que el Partido Democrático (PD) someterá a juicio de los electores sus primeros meses en el poder.

    Según el comunicado publicado poco después de la reunión del comité monetario del BOJ, la economía japonesa "todavía no puede sostener por sí misma la recuperación en la inversión y el consumo privado".

    El primer ministro, Yukio Hatoyama, dio la bienvenida al anuncio del BOJ, que considera complementa sus planes de estímulo, formalizados con partidas presupuestarias extraordinarias.

    La última ampliación del presupuesto del actual año fiscal, de unos 2,7 billones de yenes (20.750 millones de euros), tiene como objetivo la concesión de ayudas a las familias y a las pequeñas y medianas empresas, para dar contenido a sus promesas de reubicar parte de los fondos aprobados por el anterior Gobierno.

    El programa del PD para emerger de la crisis económica y estimular la demanda se enfrenta a una deuda pública que podría superar el 200 por cien del PIB en 2010, lo que limita la capacidad de maniobra del Ejecutivo.

    Tras el espaldarazo del banco central, Hatoyama celebró "que el BOJ comparta la misma percepción que el Gobierno" sobre la situación económica y dijo que, "aunque moderada, la tendencia deflacionaria está aumentando".

    El problema de la deflación es un miedo endémico de la economía nipona, que en los años 90 se enfrentó a un periodo de estancamiento debido a la espiral negativa de los precios, a lo que ahora se suma un yen fortalecido que perjudica al motor exportador.

    La caída constante de los precios lleva a los consumidores a retrasar sus compras a la espera de que éstas se abaraten, mientras que las empresas reducen sus ingresos y se ven obligadas a recortes que afectan sobre todo al empleo.

    Las presiones del Ejecutivo habían chocado hasta hoy con la opinión del gobernador del BOJ, Masaaki Shirakawa, que había reiterado que la evaluación de la institución sobre el futuro de la economía japonesa continuaba siendo moderadamente positiva.

    Shirakawa reiteró hoy que la economía japonesa sigue mejorando y explicó que la medida decidida hoy responde a una expansión monetaria cuantitativa, un instrumento extraordinario para aumentar la masa monetaria a la que deben recurrir las economías con unos tipos de interés tan bajos como los de Japón.

    El BOJ se refirió a la inestabilidad de los mercados de divisas y a la deflación como los principales riesgos para la segunda economía mundial, después de que el dólar cayese a la banda de los 84 yenes la semana pasada.

    Tras la decisión del BOJ el dólar se recuperó levemente frente al yen, hasta cerrar en 87,03 unidades aunque por debajo de los 90 yenes con los que las multinacionales niponas hicieron sus cálculos.

    Jairo Mejía