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Lo de Dubai no es ninguna sorpresa



    La suspensión de pagos de Argentina en 2001 no vino de la nada, ni la quiebra de Lehman, y ambos acontecimientos causaron terremotos financieros. Ahora puede ser el turno de Dubai, que tampoco sale de la nada, según un 'Lex Column' publicado anoche por el Financial Times.

    Los inversores en todo el mundo temen que la moratoria de la deuda de Dubai World, el mayor conglomerado público del país, es el preludio a una reestructuración forzosa de sus 60.000 millones de dólares de deuda. Y eso es lo que ha provocado una reevaluación del riesgo del Golfo y más allá.

    Una larga historia

    Pero, ¿todo esto es de verdad una gran sorpresa?, se plantea este artículo. "Desde la Torre de Babel hasta las Torres Petronas, existe una extraña correlación histórica entre la altura de los edificios y la arrogancia. Y con 810 metros, el Burj Dubai, que debería terminarse el próximo año, será el más alto del mundo", asegura.

    Lo más sorprendente, según este análisis, es la escasa capacidad de Dubai para pagar sus deudas. Con un PIB de alrededor de 75.000 millones de dólares, las empresas públicas del emirato deben pagar unos 22.000 millones de deuda antes del final de 2011. Aun así, Dubai tiene un régimen fiscal liberal, pequeños ingresos de los hidrocarburos y un déficit fiscal persistente. Por tanto, los fondos futuros tendrán que venir de la venta de activos, nuevas emisiones de deuda o del apoyo de su vecino rico, Abu Dhabi.

    El mayor fondo soberano del mundo

    Este emirato posee el mayor fondo soberano del mundo, con 630.000 millones en activos, con lo que la cuestión no es si puede ayudar a su vecino, sino si querrá hacerlo, a cambio de qué activos y en qué condiciones. De hecho, para muchos expertos lo más sorprendente del impago es que Abu Dhabi no acudiera al rescate, lo que plantea un problema político mucho más preocupante que el propio impago en sí.

    Si ocurre lo peor, los acreedores extranjeros afrontarán grandes dificultades. Las leyes locales son en general poco favorables a los acreedores, así que trabajar para ellos es un riesgo de reputación al que se enfrentan las familias reales de los Emiratos. Y los bancos ahora tienen menos incentivos para aceptar refinanciaciones dañinas para ellos porque pueden hacer uso de sus seguros de crédito.

    "Cualquier señal de que el Golfo va a forzar la mano de los bancos hasta el extremo hace el impago más probable, no menos", concluye esta columna.