Bolsa, mercados y cotizaciones

¿Hasta dónde va a subir el oro?



    La escalada del oro empieza a alcanzar tal magnitud que lo que tradicionalmente había sido una inversión minoritaria está atrayendo a millones de inversores en todo el mundo. Esto es negativo desde el punto de vista de la opinión contraria: cuando todo el mundo es alcista en un activo, éste suele bajar. De la mano del rally del oro... llega el momento de la plata.

    Es más, cuando la masa se suma a una tendencia, es que dicha tendencia se ha agotado. Es lo más viejo del mundo.

    Ahora bien, si los que entran no son la masa sino los principales hedge funds del mundo, los que son capaces -de verdad- de ganar mucho dinero en cualquier entorno de mercado, entonces la cosa cambia. Y es lo que está ocurriendo. Estamos hablando de Tudor, Paulson, Greenlight y Hayman, nombres míticos en el universo de inversión y que no entran en un activo si no esperan un retorno del 200% o 300% a medio plazo. De hecho, el propio Paulson está lanzando un fondo que invertirá exclusivamente en oro.

    Por tanto, estas entradas cuestionan la opinión contraria en el caso del oro y conceden un potencial todavía mucho mayor a la subida -ya de por sí impresionante- del metal.

    Es posible que incluso estos gurús se equivoquen. Al fin y al cabo, otros muchos con la misma reputación entraron en la burbuja de Internet y salieron escaldados. Y la historia siempre se repite. Pero estos gestores no son precisamente seguidores de modas, sino que sólo invierten cuando tienen muy clara la rentabilidad potencial de su inversión.

    ¿En qué se basan para concederle esa rentabilidad potencial al oro? En principio, en la debilidad del dólar. El oro es el refugio tradicional contra el dólar débil, y empieza a haber análisis que hablar de 2 o 2,2 dólares por euro a lo largo del próximo año. En ese escenario, el oro sería un ganador indiscutible. Y si la Fed se empeña en mantener los tipos cero hasta 2012 como ha anunciado, y continúa con sus programas extraordinarios de liquidez, es perfectamente posible.

    El problema es que el oro es teóricamente un refugio contra la inflación... en un mundo deflacionista como el actual. No obstante, la deflación puede pasar a un segundo plano en esta historia si a donde nos encaminamos es a un escenario de recaída de la economía hasta alcanzar niveles de depresión cuando se retiren los estímulos gubernamentales (algo que ha planteado, por ejemplo, Société Générale). Un escenario contra el que los bancos centrales apenas pueden hacer nada después de gastar todos sus cartuchos.

    En todo caso, toda la inundación de liquidez y el quantitative easing adoptado por la Fed es indudablemente bajista para el dólar, aunque la situación de la actividad impida que derive en una explosión inflacionista que tantos temen. Al final, lo que importa a los inversores en oro es la divisa, no si su caída responde a la inflación o a la deflación.