Bolsa, mercados y cotizaciones

Ya se pueden identificar los soportes clave



    Fuera de los continuos vaivenes intradía, fruto del intenso debate que protagonizan alcistas y bajistas durante los últimos tiempos, lo que sucedió la semana pasada nos llamó la atención por que nos ayudó a localizar una serie de soportes que hasta ese momento no estaban del todo claros.

    Ese no era el caso del Ibex 35, que hemos insistido en muchas ocasiones de la importancia del soporte que presenta en los 11.200/270 puntos, pero sí lo era de índices como el Eurostoxx 50, el Dow Jones Industrial o el S&P 500. En éstos era muy complicado identificar un nivel de soporte cuya cesión permitiera hablar de un deterioro importante en la tendencia alcista de los últimos meses.

    Una tendencia no vira de forma sencilla, especialmente si es alcista, y en muchas ocasiones cuando te das cuenta de que ha cambiado de signo las caídas ya han sido muy relevantes y probablemente hayan hecho mella en la rentabilidad de tu cartera. Para evitar esto no queda otro remedio que ir jugando con el nivel de exposición al mercado y esperar a que la evolución de las curvas de precios te permita identificar niveles de soporte clave, de cuyo mantenimiento dependa que la tendencia alcista no cambie a bajista.

    Precisamente esto último es lo que nos facilitó el movimiento de la semana pasada en la renta variable. Los índices iniciaron la semana a la baja pero no fue hasta el martes que se alcanzaron de forma general entornos de soporte que a priori sabíamos que eran relevantes (el Ibex 35 ese día alcanzó el soporte crítico de los 11.200) pero que necesitábamos que funcionaran como tales para poder confirmar su importancia.

    En efecto, era esperable que se formara un movimiento al alza desde la primera zona de gran soporte pero hasta que no lo tuvimos no pudimos respirar tranquilos. La hora de la verdad llegará si después del rebote que han desarrollado los índices desde los mínimos de la semana se forma una recaída.

    El momento cumbre lo tendríamos si los precios vuelven a probar la solidez de esos mínimos semanales que a todas luces se han convertido en la línea divisoria que separa un escenario alcista de uno potencialmente bajista, cuya pérdida nos obligaría a tomar decisiones drásticas como la reducción severa de nuestros niveles de exposición al mercado.