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Toyota vuelve al beneficio trimestral y reduce sus pérdidas anuales
El beneficio neto de Toyota en el segundo trimestre del año fiscal nipón fue de 21.800 millones de yenes (161 millones de euros), un 84 por ciento menor al de ese período hace un año, pero emerge de los número rojos por primera vez desde mediados de 2008.
Si en agosto pasado el gigante japonés esperaba perder 450.000 millones de yenes (3.360 millones de euros) durante este ejercicio fiscal, ahora prevé contraer su pérdida neta hasta los 200.000 millones de yenes (1.488 millones de euros).
Ha sido la tercera vez que Toyota reduce sus previsiones de pérdidas desde mayo de 2009.
El recién estrenado primer fabricante mundial de automóviles por ventas -y el que hasta hace dos años era el que más ganaba de entre los grandes- cerró el pasado año fiscal con sus primeras pérdidas netas y operativas en sus más de siete décadas de historia.
Los recortes de gastos del plan de ahorro de Toyota -al que se sumó ayer el fin de su participación en la costosa Fórmula Uno- han acelerado la recuperación, según destacó la multinacional japonesa en un comunicado.
En el primer y segundo trimestre del año fiscal 2009, Toyota ha ido mejorando sus resultados frente a las pesimistas previsiones que adelantó a finales de 2008 cuando la demanda de coches se desplomó por la crisis, aunque aún así perdió 55.990 millones de yenes (416 millones de euros).
Los planes de subsidios gubernamentales a la compra de automóviles más eficientes en Japón, China y Europa han ayudado a que las ventas no caigan entre julio y septiembre tanto como antes, apenas el 16,4 por ciento.
En base a esta evolución Toyota actualizó hoy al alza las previsiones para el año fiscal hasta los 7,03 millones de unidades, 400.000 vehículos más de lo previsto en agosto. En 2008 Toyota vendió 7,57 millones, a pesar de que ya entonces la crisis había comenzado a hacer mella.
Los programas de estímulo gubernamentales han dado alas a marcas niponas como Toyota, Honda y Nissan, mientras los competidores estadounidenses viven su particular terremoto con GM y el surcoreano Hyundai-Kia se perfila como la más rentable del año de la crisis.
El sobredimensionado Toyota, preparado para unos pronósticos de ventas que hace dos años cifraba en diez millones unidades, ha tenido que enfrascarse en un histórico recorte de gastos laborales y de I+D.
Asimismo, el impacto de un yen más fuerte frente al dólar y la mejora de la demanda de coches en los mercados emergentes le ha llevado a planear el cambio de su producción a países como China, en detrimento de Japón y Estados Unidos.
Hoy el diario Nikkei reveló que el fabricante espera construir nuevas plantas de ensamblaje y un centro de I+D en China para intentar aumentar allí su actual cuota del mercado del 6 por ciento.
El presidente de Toyota, Akio Toyoda, ya dijo recientemente que China se convertirá en breve en el primer mercado mundial del motor por delante de EEUU y Japón, a pesar de lo cual no ha conseguido que sus ventas en el gigante asiático se disparen.
Estados Unidos ha sido el gran fiasco para Toyota, donde las ventas han caído a los niveles de 1976, lo que le ha obligado a anunciar el cierre de una planta por primera vez en su historia: la de su alianza con GM en California, responsable de antiguos éxitos como el Corolla.
Por el contrario las ventas sí han mejorado significativamente en Japón gracias a los descuentos a la compra de coches ecológicos, que no obstante caducan en marzo próximo.
El período julio-septiembre ha sido el primero que cubre en su totalidad la marcha en el mercado del nuevo Prius, el coche más vendido de Japón durante cinco meses consecutivos y que espera seguir siendo un éxito hasta final del ejercicio.
Jairo Mejía