Bolsa, mercados y cotizaciones
Juan Ramón Caridad (Pictet AM): "Invertir en criptodivisas puede provocar fuertes indigestiones"
- Pictet AM y la Fundación María Jesús Soto lanzan un libro sobre 'cocina financiera'
- El objetivo es explicar las finanzas en clave gastronómica
María Domínguez
¿Y si hablamos de finanzas como si hablásemos de comida? Quizá la metáfora, que de entrada puede sorprender, nos ayudaría a entender que no podemos atracarnos de bitcoins, ni siquiera de renta variable, y que lo mejor es optar por una dieta variada (lo que, en términos financieros, vendría a ser una cartera diversificada). Esta es la premisa del libro Mi Primer Fondo de Inversión: Rentabilidad y Sostenibilidad, que es fruto de la colaboración de Pictet AM con la Fundación María Jesús Soto, y que recientemente se presentó en el Palacio de la Bolsa de Madrid.
En esta metáfora gastronómica, los depósitos -los productos de ahorro más seguros- vendrían a ser aperitivos, con menor contenido calórico (o menos riesgo). La renta fija, por su parte, se asemejaría a un primer plato -que a veces es exótico, por ejemplo cuando se trata de deuda emergente-. El plato principal serían las acciones de empresas cotizadas. Según explica el coautor de este libro, Juan Ramón Caridad, director de clientes estratégicos en Pictet AM, con los segundos platos "esperas más sabor -rentabilidad-, pero también más calorías -riesgo-". Caridad ha escrito este particular libro mano a mano con María Jesús Soto, presidenta de la Fundación que lleva su nombre.
Las criptos, ¿cómo encajan en el menú? Pues deberían llevar una advertencia, porque son fuertes. "Las criptos pueden producir indigestiones", advierte Caridad. Tienen el problema de que, a diferencia del resto de productos -que, una vez cocinados, se guardan en la nevera, que sería el depositario-, los criptoactivos no son fácilmente custodiables. El bitcoin supera por primera vez los 100.000 dólares tras proponer Trump a un defensor de las criptomonedas como jefe de la SEC.
"No se pueden guardar fácilmente en la nevera. Son productos que, si no están escrupulosamente regulados, no puedes ofrecerlos alegremente en el restaurante. Tienen problemas de gestión y pérdida de contraseñas, así como de contrapartida", detalla. De ahí que activos como el Bitcoin o como el resto de monedas virtuales puedan "producir indigestiones y, antes de servirlos en la mesa como si fuera el plato estrella, conviene que el comensal lo tenga claro". Se les debe exigir, añade el director de clientes estratégicos de Pictet AM, "los mismos controles de blanqueo de dinero y conocimiento previo del cliente, y la plataforma sobre la que opera también debería cumplir con todos los requerimientos". Al mismo tiempo, hay que tener en cuenta que su valor no sólo depende de la oferta y demanda, sino también del colateral. "Si son euros del BCE, es defendible, pero si su garantía está colateralizada por un algoritmo que no está claro quién custodia, no". Le puede interesar: Fang y Ghoos (OKX): "El bitcoin tiene que pertenecer a los individuos en vez de estar dominado por los estados".
Un país sin cultura financiera
La Fundación María Jesús Soto lleva años trabajando para transmitir conceptos básicos de finanzas a las nuevas generaciones y a quienes no han tenido oportunidad de formarse en asuntos financieros. El reto no es pequeño, ya que lo está haciendo en un país con muy escasa cultura financiera. Según revelaba una encuesta de Blackrock publicada en octubre de 2024, sólo el 28% de adultos españoles son inversores. En Alemania, el dato sube hasta el 38%; en Suiza y Finlandia, alcanza el 45%; en Reino Unido, el 36%; en Francia es del 29%. La falta de dinero es la principal barrera. La buena noticia es que estos porcentajes están yendo a más. En España, la cifra de inversores ha aumentado en 6 puntos en los dos últimos años, con el empuje, principalmente, de las mujeres y los jóvenes, según se desprende del mismo estudio de Blackrock. En líneas generales, los inversores en España han aumentado su participación en todos los productos de inversión por encima de la media europea, señala el estudio. "Tras el vertiginoso crecimiento de los ETF [Exchange Traded Funds o fondos cotizados], la inversión en criptomonedas ha aumentado un 24% en relación con 2022 (frente al 8% en toda Europa en general) y los bonos han aumentado un 23% (frente al 8% en toda Europa)".
En palabras de Juan Ramón Caridad, en España "hay mucha formación, pero no cultura financiera", a diferencia de otros países, donde se trabaja desde la infancia y el colegio la cultura del ahorro y la inversión, como una parte más de la educación básica. "En España se posterga incluso hasta la edad adulta, sin formar parte del sistema educativo básico. En la asignatura de la vida que implica ahorrar, pagar impuestos y conseguir objetivos, se va aprendiendo".
No es la primera publicación de este tipo que lanza la Fundación en esta línea: ya tiene otro dirigido al público infantil, que explica conceptos financieros básicos, y uno centrado en la sostenibilidad, entre otras publicaciones. Lo novedoso de esta última propuesta es que se mete en el campo inexplorado de lo que llaman La Cocina Financiera. Un campo en el que un Whopper podría compararse con un fondo de gestión pasiva de un roboadvisor y en el que un menú degustación se parece bastante a una cartera gestionada.