Bolsa, mercados y cotizaciones
Oportunidades de la deuda y la renta variable en infraestructuras en 2025
Patrick Liedtke
Madrid,
Las infraestructuras siguen destacando como una clase de activos resistente y dinámica, preparada para ofrecer importantes oportunidades en 2025. El mercado de deuda de infraestructuras ha demostrado una notable resistencia, con inversiones anuales superiores a 350.000 millones de euros en los últimos años, una tendencia que se espera que persista.
Europa, en particular, sigue aportando una oferta sólida y una rentabilidad atractiva, impulsada por los ambiciosos objetivos de transición energética y digitalización.
Estas tendencias se ven impulsadas en gran medida por empresas de mediana capitalización, a menudo respaldadas por fondos de capital riesgo, que muestran un fuerte apetito de endeudamiento en toda la estructura de capital a pesar de la subida de los tipos de interés. La naturaleza de tipo variable de gran parte de la deuda de infraestructuras, junto con la estabilidad de los flujos de caja contratados, favorece la estabilidad de las valoraciones. Por estas razones, creemos que las infraestructuras siguen siendo una clase de activos defensiva en un clima económico volátil.
Por lo que respecta a la financiación de infraestructuras, 2025 marca un posible punto de inflexión tras un período difícil para la captación de fondos. Los volúmenes de captación de fondos en 2023 alcanzaron su nivel más bajo en cinco años, y 2024 sólo ha mostrado una modesta mejora. A pesar de estos vientos en contra, la revalorización de los activos, con un aumento de los tipos de descuento de entre 100 y 250 puntos básicos, ha creado un entorno favorable para los fondos con dry powder (pólvora seca, en español, se refiere a los recursos financieros líquidos que están disponibles para ser invertidos) lista para desplegar.
Los activos del mercado medio, que ofrecen menos competencia y mejor valor que los proyectos a gran escala, siguen siendo especialmente atractivos. Los inversores se decantan cada vez más por los activos core+, incluidas las plataformas de desarrollo, que ofrecen una sólida protección frente a las caídas de mercado gracias a las salvaguardias contractuales, los flujos de caja estables y los sólidos equipos de gestión.
Los motores estructurales a largo plazo también siguen apuntalando el mercado de las infraestructuras. La digitalización, la transición energética y las iniciativas de recuperación como la Ley de Inversión en Infraestructuras y Empleo de Estados Unidos exigen niveles de inversión asombrosos, estimados entre 3,3 y 6,3 billones de dólares anuales.
Dadas las limitaciones de la financiación pública, el capital privado desempeñará un papel fundamental, promoviendo un crecimiento constante en el sector. Junto con la creciente confianza de los inversores y la infraasignación entre los inversores institucionales, creemos que las infraestructuras están preparadas para mantener un sólido crecimiento en 2025 y más allá.