La reunión de la Reserva Federal que ha tenido lugar esta semana es la antesala del encuentro que organiza todos los años el banco central estadounidense en Jackson Hole, programado para los días 22, 23 y 24 de agosto este 2024. El simposio de banqueros centrales ha sido tibio en las dos últimas ediciones, 2023 y 2022, pero este año apunta a que pondrá los cimientos del ciclo de bajadas de tipos que, a todas luces, dará comienzo en septiembre, en la reunión del día 18 de ese mes. El encuentro de este año contrasta con el último Jackson Hole en el que hubo miga: fue en 2021, cuando la Fed se vio obligada a anticipar por primera vez la subida de tipos que llegaría en 2022, y que terminó siendo la más agresiva que se había visto en más de 4 décadas. Ahora la fotografía es la contraria:Jerome Powell, presidente de la Fed, tendrá la oportunidad en Jackson Hole de preparar los cimientos de la bajada de tipos, en un momento en el que, como él mismo ha reconocido esta semana, es idílico para la economía estadounidense. La inflación sigue bajando y el crecimiento económico, aunque frenándose, no parece que vaya a descarrilar próximamente. Eso sí, hay que tener en cuenta la reacción de los mercados, tanto de las bolsas como de la renta fija del pasado viernes, después de que el mal dato de empleo de ese día llevase a muchos inversores a aumentar sus expectativas de que se pueda producir una recesión económica en el gigante estadounidense en los próximos meses, y no sólo un frenazo en el crecimiento que encajaría con las previsiones. La Fed y el mercado vigilan el empleo Lo que ahora hace que la Fed esté calentando motores para bajar tipos es un deterioro del empleo en el país, que aunque ya es visible, a día de hoy no es una preocupación grave para el organismo. Eso sí, el dato del pasado viernes, después de la reunión de la Fed, y sobre todo, la reacción que están teniendo los mercados a la lectura del aumento del desempleo, han hecho que la reunión de agosto en Jackson Hole cobre ahora especial interés. "No tenemos que estar 100% enfocados en la inflación", ha explicado Powell esta semana, intentando explicar que la situación económica es boyante en Estados Unidos, y que les gustaría "mantener esta situación" lo máximo posible. Es un mensaje contrario al que había en 2021, cuando la inflación ya estaba haciendo aparición y forzó a la Fed a admitir que se habían equivocado, que no era transitoria, como pronosticaban, y que se estaban preparando para dar comienzo a una subida de tipos agresiva. Ahora, a juicio de Powell, la economía estadounidense está en un momento similar al que había justo antes de la pandemia de Covid-19, con un crecimiento estable, pero "sin sobrecalentarse", ha señalado Powell. En 2021 el escenario de subidas de tipos prometía pérdidas para la renta fija y también para la bolsa, como finalmente ocurrió, mientras que ahora, la probable bajada de tipos de la Fed se presenta como un aliado, especialmente para el mercado de bonos. Las empresas cotizadas se podrán beneficiar de una bajada de los costes de financiación, al tiempo que los precios de los bonos podrían acompañar a la bajada de tipos con subidas. Esto último, de hecho, ya se está produciendo:el bono estadounidense con vencimiento a 10 años sufrió una fuerte caída de rentabilidad, de más de 15 puntos básicos a media sesión de WallStreet, llevando la rentabilidad del título hasta el 3,82%, un nuevo mínimo del año, y que confirma una rápida caída: apenas una semana antes el título cotizaba en el entorno del 4,28%. "Las cifras de empleo de este viernes dejan la puerta abierta a un recorte de tipos de 25 puntos básicos en septiembre, y sin duda, aumentan la probabilidad de una mayor relajación a finales de año de lo que quizás se esperaba hace unas semanas", explica Christian Scherrmann, economista para Estados Unidos de DWS. "Prevemos que Powell ofrecerá orientaciones más definitivas en el simposio económico de Jackson Hole de este año, que se celebrará a finales de agosto", confirma el experto. El trabajo contrario al de 2021 El trabajo que tiene ahora por delante la Reserva Federal es el contrario al que tenía en 2021. Hace tres años, la Fed tenía que intentar frenar la inflación, pero evitando que la economía cayese en una recesión, mientras que ahora el objetivo es dar un impulso al crecimiento económico y al empleo, pero sin que la inflación vuelva a dispararse. "El mercado laboral es la savia de la economía estadounidense y la Reserva Federal necesita asegurarse de que no se arriesga a debilitarlo demasiado con el único fin de reducir la inflación", explica Bret Kenwell, analista de inversiones de eToro. El experto confirma cómo "con el aumento de la tasa de desempleo, se dispararán los rumores de recesión debido a la regla de Sahm. Conseguir que la inflación alcance el objetivo del 2% de la Reserva Federal y mantener una economía fuerte es mejor que alcanzar el objetivo de inflación sacrificando la economía para conseguirlo", indica Kenwell. "La economía sigue avanzando y el crecimiento de los beneficios del S&P500 sigue siendo sólido, pero no se puede negar el debilitamiento del mercado laboral. La Fed tendrá que relajar la política fiscal para garantizar que suave no se deteriore a débil", señala el analista. La pregunta es si será capaz de lograrlo sin generar un nuevo repunte de la inflación que aleje a la institución de su objetivo. Todavía quedan 20 días para que dé comienzo el simposio en Jackson Hole, tres semanas cruciales en las que la situación puede empeorar, y no hay duda de que la Fed estará muy atenta en estas semanas de cómo evolucionan los mercados y los indicadores económicos. Lo que está claro es que Jackson Hole ha cobrado especial importancia después de la volatilidad y los vaivenes que han sufrido los mercados al cierre de la semana