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Crean un sistema para verificar en la ITV los trucajes en los ciclomotores
Según fuentes de esta universidad, el sistema consiste en un rodillo libre sin carga, barato de fabricar, fácil de mantener y sencillo de calibrar, según José Antonio Calvo, responsable de esta investigación del Grupo de Mecánica Experimental, Cálculo y Transportes (MECATRAN) del citado centro docente.
En la investigación colabora la Fundación Instituto Tecnológico para la Seguridad del Automóvil (FITSA) con fondos del Ministerio de Industria.
El siguiente paso, explicó Calvo, era establecer cuál es la velocidad máxima admisible en un rodillo de este tipo que equivaliese a los 45 km/h de la máxima legal permitida para estos vehículos, por lo que se ejecutaron los preceptivos ensayos para obtener una curva de correlación y un valor representativo por encima del cual el vehículo sería rechazado en la ITV (ITV.LO)
El nuevo sistema ensayado por la Universidad Carlos III permite comprobar si el ciclomotor es capaz de superar en las condiciones de ensayo su velocidad máxima legal.
Ello no implica una fijación de los registros de la velocidad máxima real, pues depende de muchos factores, como la pendiente de la carretera, el estado de los neumáticos, la velocidad y dirección del viento, el estado del motor.
Este sistema podría colaborar a reducir la cifra de 156 fallecidos al año por exceso de velocidad en ciclomotores, según el informe "Safety Barometer", publicado por FITSA.
Este estudio indica que en 2005 se produjeron 17.635 accidentes en los que un ciclomotor estaba involucrado, con 313 fallecidos y señala que al menos en el 50 por ciento de los casos analizados la causa principal del accidente fue un exceso de velocidad.
Los ciclomotores, un vehículo de gran aceptación entre los jóvenes con una velocidad máxima limitada a 45 kms/h, para los investigadores de la Carlos III "pueden resultar peligrosos si se alteran sus características, como la limitación de velocidad".
Los investigadores, a través de sus estudios, han concluido que son muchos los ciclomotores trucados que circulan por las vías públicas capaces de alcanzar velocidades de hasta 100 kms/h.
Los trucajes son relativamente baratos y en muchos casos responden a operaciones sencillas que el propio usuario, sin grandes conocimientos mecánicos, puede llevar a cabo.
Todos los centros de ITV están obligados por ley a disponer de un banco de rodillos para la medida de la velocidad en ciclomotores, pero los plazos de implantación dependen de las Direcciones Generales de Industria de cada Comunidad Autónoma.