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El FMI pide más estímulos sincronizados de los bancos centrales para paliar los efectos del COVID-19
José Luis de Haro
Nueva York,
Tras el recorte de emergencia de la Reserva Federal de la semana pasada, la decisión de hoy del Banco Central Europeo y el Banco de Inglaterra, el Fondo Monetario Internacional pide más estímulos monetarios coordinados ante la crisis desatada por el COVID-19. En un blog publicado por Tobias Adrian, el director de Asuntos Monetarios y Mercados de Capital de la institución se incide en que "las acciones sincronizadas en todos los países aumentan el poder de la política monetaria".
"La cooperación global para sincronizar la política monetaria debe ser una prioridad en la agenda", reitera Adrian, quien incide en la necesidad de garantizar una amplia liquidez dentro de los países y revertir así con éxito el actual endurecimiento de las condiciones financieras.
Según el alto funcionario del Fondo, en estas circunstancias inusuales, si las presiones de liquidez amenazan el funcionamiento del mercado, los bancos centrales pueden necesitar intervenir y proporcionar liquidez de emergencia.
En el caso de que las condiciones económicas y financieras empeore aún más, los formuladores de políticas podrían volver al conjunto de herramientas más el director de Asuntos Monetarios y Mercados de Capital del FMI anima a los bancos centrales a tomar medidas de emergencia como las implementadas durante la crisis financiera.
"La fuerte caída de las tasas de interés, combinada con la creciente ansiedad por las perspectivas económicas, también han generado preocupación por parte de los inversores sobre la salud de los bancos"
En este sentido, se mencionan, por ejemplo, el servicio de préstamos de valores respaldados por activos activado por la Fed en 2009, conocido como TALF, por sus siglas en inglés, que proporcionó fondos específicos. Por su parte, durante la crisis financiera, el Banco de Inglaterra introdujo el Plan de Financiamiento para Préstamos, donde se ofrecieron subsidios de financiamiento para incentivar la expansión de los préstamos a hogares, PYMES y empresas no financieras.
"La fuerte caída de las tasas de interés, combinada con la creciente ansiedad por las perspectivas económicas, también han generado preocupación por parte de los inversores sobre la salud de los bancos" reconoce Adrian, quien considera que en estos momentos las instituciones bancarias son generalmente más resistentes que antes de la crisis de 2008.
En estas circunstancias, los riesgos para la estabilidad financiera derivados del sector bancario son mucho menores, a pesar de la disminución de los precios de las acciones de los bancos de todo el mundo.
Para frenar el impacto en los consumidores del COVID-19, el FMI recomienda que, dada la naturaleza temporal de la situación, los bancos podrían considerar una reestructuración temporal de los términos del préstamo para los prestatarios más afectados. Todas estas actividades deben llevarse a cabo bajo la estrecha supervisión de los reguladores y supervisores para garantizar que tales acciones sean transparentes y temporales.