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El precio de los préstamos empuja a las empresas al mercado de bonos
El comienzo de 2009 ha traído consigo una nueva tendencia y Telefónica e Iberdrola, entre otras, ya se han sumado a ella: las emisiones de deuda corporativa han vuelto, y lo han hecho con fuerza. Sólo en el primer mes del año, las empresas españolas han captado 6.591 millones de euros. Mucho dinero en comparación con los 1.160 millones de euros del mismo mes de 2008.
Además, y al contrario que hace ahora un año, el panorama ha estado dominado por las emisiones de compañías no financieras. Y es que, por primera vez en mucho tiempo, a las empresas les resulta más barato financiarse mediante la emisión de deuda que acudiendo a sindicatos de bancos para que les presten el dinero.
Aunque el crédito sigue restringido -las entidades revisan con lupa los libros de cuentas de las empresas que acuden a ellas y, además, cuentan ahora con mucha menos munición que hace año y medio o dos años por culpa de la debilidad de sus balances- hay compañías para las que la escasez no es tan acusada. Ya sea porque operan en sectores regulados -como el energético- y, por tanto, con ingresos menos sensibles a la crisis económica, o porque generan un flujo de caja generoso y que permite prever que no tendrán problemas a la hora de afrontar sus compromisos financieros.
Iberdrola (IBE.MC) y Telefónica (TEF.MC), que además gozan de ratings crediticios que dejan clara su buena salud (A- en ambos casos), entran de lleno en esta categoría. Es decir, que ninguna de las dos hubiera tenido demasiados problemas para reunir los 4.500 millones de euros que han obtenido en el mercado si hubieran acudido a la ventanilla de los bancos en busca de créditos corporativos.
El principal motivo por el que la eléctrica y la teleco se han lanzado al mercado de emisiones de bonos, más que la sequía de liquidez bancaria, es simplemente el precio. Victor Abad, director de ING Wholesale Banking, explica que "en los últimos años, los precios de los préstamos eran mucho más atractivos que los de las emisiones de bonos".
Diferenciales disparados
Los diferenciales que los bancos imponían en este tipo de operaciones rondaban los 40 o 50 puntos básicos, o se situaban incluso por debajo de estas cifras. Ahora esos spreads -la distancia entre el tipo de interés del índice de referencia y el que se le exige a un emisor- se han multiplicado por cinco, y rondan los 200 puntos básicos -100 puntos básicos equivalen a un punto porcentual-.
Además, y según explica el responsable de préstamos sindicados de una entidad extranjera, el diferencial que se exige a una compañía es prácticamente el mismo, sea cual sea su calificación de deuda. Por eso, según recalca Abad, "a las empresas con un rating alto ahora les conviene más acudir al mercado con una emisión de bonos".
Telefónica, por ejemplo logró un spread de 194,7 puntos básicos para los bonos con vencimiento en 2014 que lanzó el pasado 20 de enero. La ventaja que hace unos meses hubiera podido obtener en un préstamo sindicado ahora, con la desconfianza por las nubes, se ha esfumado por completo.
Plazos más largos
No es el único motivo que ha llevado a este cambio de tendencia, sin embargo. Hay otro aspecto fundamental: "Mediante las emisiones de bonos se consigue financiación con unos plazos que en préstamos ya no pueden obtenerse", señala Javier Álvarez Rendueles, de Calyon.
Los títulos de Telefónica vencen en 2014, un plazo de 5 años. Y los de Iberdrola ha conseguido colocar 500 millones de euros con vencimiento en 2024, es decir, 15 años. Esto supone un fuerte contraste con la situación actual del mercado de préstamos corporativos, en el que hay pocas entidades dispuestas a prestar su dinero con un horizonte más allá de los dos o tres años.