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Los pilotos acusan a Ryanair de sabotear la huelga y piden al Gobierno que actúe
En su segunda jornada de huelga, el Sepla ha insistido en que la aerolínea irlandesa coarta el derecho a huelga de sus empleados con unos servicios mínimos del 100 %, que contravienen lo ordenado por el Ministerio de Fomento.
En este sentido, ha subrayado que los paros de pilotos, que comenzaron este jueves, se saldaron sin ninguna cancelación y que la segunda jornada continúa por el mismo cauce.
Ryanair hizo llegar su lista de servicios mínimos cuando la huelga ya llevaba en marcha 16 horas y no ha comunicado en ningún momento el número total de vuelos programados antes de aplicar los servicios mínimos, han agregado desde el sindicato de pilotos.
A este respecto, el Sepla considera que los servicios mínimos decretados son "abusivos" al impedir el derecho a huelga de los pilotos de las bases canarias, principales afectados por el cierre de bases, y asegura que la Administración pública les está dejando "completamente desamparados".
En este contexto, acusa a Ryanair de reforzar sus filiales en el este de Europa mediante un trasvase de personal y recursos hacia Buzz y Laudamotion.
Desde USO, uno de los sindicatos convocantes de los paros dentro del colectivo de tripulantes, hablan de un seguimiento del 70 % en la huelga de bares lo que indica que, en la gran mayoría de los vuelos, no se va a ofrecer servicio a bordo, salvo a los pasajeros de riesgo.
Ryanair ha comunicado este viernes que los vuelos hacia/desde España han partido esta mañana según lo programado, con un 94 % de salidas a tiempo, a pesar de la huelga de los tripulantes de cabina y pilotos españoles en protesta por el cierre de bases en Tenerife Sur, Gran Canaria, Lanzarote y Gerona.
La aerolínea irlandesa ha agregado esta mañana que no se espera ninguna interrupción relacionada con la huelga en sus vuelos hacia o desde España durante la jornada.
La Junta general de Accionistas de Ryanair respaldó ayer, con el 50,5 %, un plan que contempla el pago de una bonificación de hasta 99 millones de euros para su consejero delegado, Michael O'Leary, quien apuntó que la compañía prevé recortar entre 500 y 700 empleos.