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¿Conseguirá apagar sus llamas Optimal, el coloso de la gestión alternativa en España?
Fueron el referente de la gestión alternativa, el espejo donde todos los gestores de hedge funds se miraron durante más de veinte años. Superaron el huracán Amaranth, el hedge fund que en 2006 se vio obligado a cerrar por sus erróneas posiciones en contratos sobre el gas natural. También la marcha de su gestor estrella, Manuel Echevarría. Pero, de repente, llegó el Tio Bernie Madoff con las rebajas y les obligó a colgar el cartel de liquidación en sus productos.
Ésta es la historia de Optimal Investment Services, un coloso que ahora está en llamas.
Mientras que en España se asistía al nacimiento de las televisiones privadas, en Alemania caía el Muro de Berlín y el mundo se quedaba boquiabierto con la matanza en la Plaza de Tiananmen (Pekín), Suiza asistía al nacimiento de Optimal Investment Services, filial de gestión alternativa del Santander.
Corría el año 1989 y en poco tiempo los inversores españoles más sofisticados, seducidos por las atractivas rentabilidades que ofrecía esta gestión, desconocida en España hasta hace muy pocos años, depositaron su confianza en los hedge funds de esta gestora. Probablemente no sabrían ni lo que era un hedge fund, pero daba igual. Recibían rentabilidades del 10% año tras año y eso es lo que importaba. Así ha sido durante 20 años hasta ahora y buena parte del éxito, y ahora también del fracaso de la gestora, lo tiene un hombre: Manuel Echevarría.
Hombre bueno, hombre malo
Con más de 15 años de experiencia en la gestión alternativa, a Echevarría se le considera como el artífice del éxito de Optimal, pero también como uno de los culpables de que la gestora se viera afectada por el fraude de Madoff. Aunque este gestor, de origen guatemalteco, pasó buena parte de su carrera profesional en Optimal, no ha vivido el colapso de la gestora desde el ruedo, sino desde la barrera.
Y es que en el mes de julio anunciaba que se marchaba de Optimal con rumbo a Notz Stuki, una gestora de hedge funds suiza con más de 50 años de experiencia. Pero su cambio de trabajo no ha impedido que sean muchos los que consideran que la huida no obedecía tanto a la puesta en venta de la gestora del Santander (SAN.MC) (estuvo en venta hasta el mes de noviembre) como al hecho de que se dio cuenta de que la había pifiado con Madoff. Aun así, su nuevo destino también tragó con la estafa ya que, según ha comunicado Nortz Stuki, Madoff les ha hecho perder 725 millones de euros. No se puede escapar del pasado...
De joya a baratija
Precisamente, en los meses en los que Santander Asset Management, la gestora del Santander y hasta hace un mes la más grande del mercado español, estuvo en venta, varios expertos en el mundo de la gestión comentaban que se plantearían hacer una oferta por ella si en el lote se incluía a Optimal. Era la joya de la corona. En 2007 estaba entre las veinte gestoras de gestión alternativa más grandes del mundo y varios de sus fondos, muchos de ellos ahora en liquidación, se anotaban ganancias del 11% en tan sólo seis meses y un año antes habían cerrado con ganancias del 14% en muchos casos. Su patrimonio crecía como la espuma y pasaba en sólo dos años de 6.400 millones de euros a más de 10.000 millones de euros (datos de mayo).
En septiembre, Echevarría dejaba definitivamente la gestora, junto con cuatro miembros más de su equipo. Le sustituía Terrence Jones, un gestor cuyo principal mérito, según Esteban Estévez, consejero delegado de Optimal, era cribar con eficacia los buenos hedge funds de los malos y aumentar la visibilidad de la gestora en Estados Unidos. Falló en lo primero, pero a juzgar por la cantidad de inversores que invirtieron en Madoff a través del Santander en Miami, no en lo segundo.
Dos meses más tarde estallaba el escándalo. Santander, a través de su fondo Optimal Strategic US Equity, se convertía en el tercer mayor damnificado del fraude piramidal de 50.000 millones de dólares llevado a cabo por Bernard Madoff. Adiós a 2.330 millones de euros, un tercio de todo el patrimonio que hasta esa fecha gestionaba Optimal Investment, la niña bonita que de mayor se volvió fea.
Con un tercio de su patrimonio perdido, seis de sus ocho fondos en proceso de liquidación y con miles de peticiones de reembolso sobre la mesa, el sector duda de la supervivencia de Optimal, aunque la entidad cántabra ha manifestado su disposición de mantenerla operativa. Sin embargo, las llamas del caso Madoff están derritiendo sus otrora sólidos pilares.