Pocos inversores hubieran creído, a finales de 2018, que acabarían el primer semestre del año con ganancias de doble dígito, más aún cuando las amenazas que tumbaron las bolsas en la última semana de diciembre –la guerra comercial, la desaceleración de la economía global y el Brexit– continúan sin resolverse. A falta de una sesión para que concluya la primera mitad de 2019, y con el foco del mercado en la reunión que mantendrán el presidente de EEUU, Donald Trump, y su homólogo chino, Xi Jinping, en el marco del G-20 en Osaka, el Ibex 35 sube un 7 por ciento en el que es su mejor semestre desde 2017. Sin embargo, el balance que deja la renta variable en estos seis meses deja un sabor amargo en el mercado español, donde el índice de referencia se ha descolgado 8 puntos porcentuales de la bolsa europea desde el 1 de enero, y debe conformarse con la mitad de las ganancias del EuroStoxx 50, que repunta un 15 por ciento en el mismo periodo, y un Wall Street que rebota un 16,5 por ciento en el caso del S&P 500, tras revalidar máximos históricos la semana pasada. "La bolsa española ha sido, sin duda, la que más atrás se ha quedado en Europa desde principio de año, debido al gran peso que tiene la banca dentro del índice. Tanto los grandes, principalmente por el mal comportamiento de muchas de sus filiales en mercados emergentes como Turquía o México, como los domésticos, sin catalizadores importantes en los que apoyarse, han lastrado al índice", explica Oscar Anaya, analista de Tradition. La banca doméstica ha sido, con permiso de Ence e IAG, que ceden un 29 por ciento y un 26 por ciento, la gran perdedora del semestre. CaixaBank, Bankia, Bankinter y Sabadell pierden entre un 9 por ciento y un 20 por ciento, mientras que Banco Santander y BBVA se dejan un 2 por ciento y un 6 por ciento, respectivamente. Unas pérdidas que contrastan con el comportamiento del sectorial bancario europeo, que repunta un 0,4 por ciento. El Ibex también ha echado en falta a sus pesos pesados. Ninguno de los blue chips figura entre las mayores subidas del año, donde sí están presentes Cellnex, Siemens Gamesa y Acciona, con alzas superiores al 28 por ciento. Telefónica, arrastrada por el mal comportamiento del sector europeo, cede un 2 por ciento. Inditex e Iberdrola son las únicas que salvan los muebles con subidas del 18 por ciento y el 25 por ciento. El lastre de la bancaLa situación de la industria financiera española se volvió especialmente delicada a raíz de la última reunión del BCE a comienzos de junio, cita en la que se habló de nuevos estímulos a la economía, con el sucesivo goteo de declaraciones por parte de figuras destacadas de la institución sobre las medidas que podrían implementarse en los próximos años, siguiendo la línea de una rebaja de tipos de interés en EEUU que se prevé dé comienzo en la reunión que celebrará la Fed a finales de julio. Desde el equipo de análisis de Bankinter, Ramón Forcada, identifica a la banca europea como uno de los dos grandes riesgos de fondo para el mercado, "con los bajos tipos de interés actuales" y la previsión de bajada a medio plazo, junto al peligro que representa el "capital privado", ya que están invirtiendo mucho en mercado con rentabilidades que pueden desaparecer en el momento en el que la inflación empiece a repuntar. No obstante, esta situación es "señal de que el ciclo expansivo continúa". La esperanza de un acuerdoLa expectativa de una bajada de tipos en la euro zona y la posibilidad de un acuerdo comercial que el mercado descontaba hasta co-mienzos de mayo ha tenido mucho que ver en las subidas que ha vivido la renta variable del Viejo Continente en el mismo periodo. "En los índices europeos tienen un peso significativo multinacionales con perfil exportador y de consumo. En este primer semestre se han beneficiado de la esperanza de un posible acuerdo comercial, que mejoraría las cuentas de resultados de las exportadoras francesas y alemanas, como Adidas o LVMH, que acumulan en ambos casos cerca de un 50 por ciento de subida en el año", señala Felipe López Gálvez, analista de Self Bank. Es el caso del Cac y el Dax, que suman un 16 por ciento, o del Ftse italiano, que repunta un 15 por ciento. "Otra de las asignaturas pendientes de la bolsa española es la tecnología. Salvo Amadeus –que cierra el semestre con un repunte del 13 por ciento– el Ibex no tiene ninguna compañía puntera tecnológicamente", argumenta López. "Esto hace que se amplíen las diferencias con otros índices europes y no digamos con los americanos. Mientras Francia presume de las subidas en Atos, Capgemini o Dassault Systemes y Alemania de su gigante SAP, desde España las miramos con envidia", añade el analista de Self Bank.