La renta fija vive un momento histórico. Como activo de inversión, su comportamiento es impecable en los últimos meses, y los gobiernos y las empresas se están financiando a precios jamás vistos. Gonzalo Gómez Retuerto, que acaba de asumir la dirección general de renta fija en BME, no ve a corto plazo un giro radical y repasa la situación particular del mercado en España.¿Cree que es sostenible este entorno, donde cada día se marcan nuevos mínimos históricos en los bonos? La renta fija está teniendo un recorrido espectacular este año, muy ligado a los bancos centrales, y quien no ha estado en estos meses se ha perdido el mercado. Aunque puede seguir en esta dinámica. Llevamos tres años diciendo que se había acabado el ciclo de la renta fija y continúa. Tendrá correcciones, pero hay tal cantidad de liquidez que eso apoya mucho. Tampoco se ven riesgos de inflación en el medio plazo. Mientras la política monetaria siga en esta senda, pensamos que no habrá un cambio drástico. En la parte corporativa el spread también está en mínimos, y las empresas están aprovechando para emitir. ¿Es este interés por la renta fija el que ha disparado la negociación?Los volúmenes están creciendo tanto en el mercado primario [en el que se emite la deuda] como en el secundario [donde después se negocia]. El volumen negociado ha aumentado un 78 por ciento este año gracias a una mayor participación de los inversores, pero también a la estrategia de BME de universalizar la plataforma. Hemos incorporado bonos de otros tesoros europeos como Italia, Francia, Holanda, Alemania... En 2018, el 13,2 por ciento del volumen total de Send fue sobre emisiones de gobiernos extranjeros. Eso explica el gran crecimiento. Las entidades ahora también tienen más interés en hacer las operaciones en BME por las exigencias de transparencia y difusión de Mifid.¿Y en el mercado primario? ¿Han tenido algún efecto los esfuerzos para que las empresas emitan aquí?Las emisiones han crecido casi un 15 por ciento este año, ya que los emisores están aprovechando la situación de los tipos. El sistema español era menos competitivo que otros mercados, y se han tenido que hacer ajustes en la normativa y en los procedimientos para agilizarlos, a lo que hemos acompañado una bajada de tarifas. Todo esto está empezando a dar resultados y hemos visto algunas empresas que ya han trasladado sus emisiones aquí (Colonial o Endesa). Yo creo que hay algunas más que van a venir, que están pensando en repatriar hacia España programas de bonos o de pagarés que tienen en el extranjero. Ahora es un mercado muy competitivo, incluso es más barato.¿Qué papel está cobrando la banca como emisor de deuda? Buena parte de la revitalización del mercado AIAF se debe a la mayor actividad del sector financiero. Ha tenido que ver mucho el tema de las emisiones de recursos propios (Cocos, senior non preferred, AT1...). Con el Brexit, en algunos de esos casos ha habido una indicación del BCE para que abandonen emisiones bajo ley inglesa y se han adoptado legislaciones locales. Los bancos españoles han hecho colocaciones bajo ley española, que se han listado aquí. También se ha producido una recuperación de las emisiones de cédulas hipotecarias, a raíz del crecimiento del sector real estate. Y ahora estamos empezando a ver la vuelta de las titulizaciones como otra alternativa después de que las autoridades europeas propusieran titulizaciones simples, estandarizadas, estructuradas y transparentes para potenciar este mercado. Ahí España es referente.Los 'bonos verdes' son el otro gran foco. ¿Cree que se cumplirán las expectativas altas que hay? ¿Llegará pronto la regulación prevista?España lo está haciendo muy bien. Las estadísticas más utilizadas nos sitúan en quinto lugar a nivel mundial con emisores como Iberdrola, Telefónica, BBVA, Naturgy, la Comunidad de Madrid o Adif como líderes. El mundo de bonos verdes se desarrolló con iniciativa privada, y estamos esperando una norma de la Comisión Europea que definirá qué se considera verde. Va con retraso, pero yo creo que es inminente.En un país como España, ¿dónde ve un buen equilibrio entre financiación bancaria y en mercado?Estamos en un cambio estructural en el que se va corrigiendo el desequilibrio que había. Según los últimos informes ahora se sitúa en 70-30 por ciento, a favor de la financiación tradicional. Debería estar entre 40-60. No sé si tiene que ser 40 por ciento mercados y 60 bancos, o a la inversa. Las compañías ahora tienen muchas más opciones de financiación que tienen que aprovechar.Precisamente, el Marf se creó como alternativa para empresas pequeñas. ¿Cómo está evolucionando? Han entrado firmas portuguesas...Es una noticia muy positiva que se acercaran tres empresas portuguesas (Sugal, José de Mello Saúde y Mota-Engil). Es posible que haya más, son una base para que otras firmas portuguesas puedan venir o incluso de otros países. En el Marf ya han emitido 60 compañías, que han podido llegar a una base inversora muy importante (el 50 por ciento es internacional). Se ha desarrollado un mercado de colocaciones privadas (a uno o dos inversores).¿Qué supone la renta fija para BME?A nivel de volúmenes, es muy significativa, aunque no alcance a la renta variable. Y en el primario también. La parte de ingresos es baja, porque es un mercado muy competido y tenemos tarifas muy ajustadas. Que suba dependerá del volumen que se desarrolle.