Con Mario Draghi, ¡quién necesita hechos teniendo palabras! Él mismo lo plasmaba ayer. "Si bien la OMT [las compras ilimitadas de deuda de países que pidan rescates] nunca se activó, el efecto de su anuncio fue equivalente al de un programa de compra de activos a gran escala: los diferenciales en los países vulnerables cayeron de media en más de 400 puntos básicos en los dos años siguientes", dijo el presidente del BCE durante su discurso en la ciudad portuguesa de Sintra. En el año de su anuncio, en 2012, los inversores llegaron a exigir a la deuda española a 10 años una rentabilidad del 7,62 por ciento. Ayer, y después de siete años, el mercado se conformó con un rendimiento histórico del 0,39 por ciento por esos bonos nacionales.Entre ese gran salto no ha habido una OMT, pero sí otras medidas expansivas, como el QE, y más palabras, como las de ayer. Este martes el interés de la deuda española a 10 años se redujo drásticamente, en 13 puntos básicos, tras oír de boca de Draghi que si la vuelta de la inflación a su objetivo se ve amenazada, "se requerirá un estímulo adicional". El BCE aún no ha activado ninguna medida más –y puede que no lo haga nunca– pero dejar abierta la puerta a una nuevas compras de deuda y a una rebaja en los tipos hundió de nuevo la rentabilidad de todos los bonos soberanos de los países de la zona euro, muchos ya en sus mínimos históricos y otros tantos en terreno negativo. El rendimiento del bono alemán se redujo en casi 8 puntos básicos, de manera que los inversores ya están dispuestos a pagar un 0,32 por ciento por el Bund en el mercado secundario, en el que se negocian los títulos tras ser emitidos. En el caso de Portugal, la rentabilidad de la deuda a una década bajó del 0,64 al 0,53 por ciento, mientras que en Italia se contrajo del 2,29 al 2,11 por ciento. En este entorno de más liquidez para el mercado, el interés de los bonos a 10 años de Suecia, Finlandia y Austria se adentró en terreno negativo, y el de Francia se quedó a apenas un 0,009 por ciento.Aunque con mucha menos intensidad, la compra de bonos prosiguió también en EEUU. A la espera de un tono más dovish en la reunión de hoy de la Fed, la rentabilidad del bono estadounidense a 10 años se reducía a un nuevo mínimo anual, en el 2,05 por ciento a media sesión.