El índice español acumula ocho semanas seguidas de avances, periodo en el que ha subido un 14,2%madrid. El Ibex 35 está siguiendo a pies juntillas aquello de que las estadísticas están para romperse. Como si la continua renovación de sus máximos históricos le pareciera un asunto menor, el índice de referencia de los mercados españoles está sumido ahora en otro desafío: el de conseguir la mejor racha de su historia. Aunque el reto es difícil, porque la segunda mitad de los años noventa regaló fases de subidas espectaculares, el Ibex no ceja en su empeño. Así, gracias al 0,5 por ciento que ha sumado en el conjunto de las cinco últimas sesiones acumula ya ocho semanas consecutivas de ganancias, un periodo en el que se ha revalorizado un 14,2 por ciento.De este modo, supera el 13,5 por ciento que se apuntó a comienzos de 2004 en nueve semanas de avances. Derribada esta marca, la siguiente que tiene en su punto de mira se antoja mucho más complicada. Entre octubre y diciembre de 1999, es decir, en los últimos momentos de la burbuja tecnológica, el índice repuntó un 24,5 por ciento tras diez semanas alcistas sucesivas. Y por supuesto, otro récordPero ese no ha sido el único premio que ha obtenido el Ibex. Ayer se retiró a descansar con otro récord bajo el brazo, el tercero que ha conseguido en esta fructífera semana. En concreto, escaló hasta los 13.794,7 puntos después de subir un 0,55 por ciento en la sesión. Para redondear la faena, esa subida le permite presentar una revalorización del 28,5 por ciento en lo que va de año. Sólo con mantenerse en estos niveles ya sería el mejor ejercicio bursátil desde 1998. Como ya viene siendo habitual, el último tirón del Ibex ha contado con una elevada contratación. La negociación conjunta de las cinco últimas sesiones ha superado los 23.000 millones de euros, con una media diaria de 4.600 millones. Para mantener su tono comprador, el dinero que ha entrado en el mercado se ha apoyado tanto en los datos económicos como en los empresariales. Sin ir más lejos, el avance de ayer -el mayor de toda la semana- se apoyó en las positivas cifras de empleo conocidas en Estados Unidos. En un momento en el que el mercado teme una brusca desaceleración del crecimiento norteamericano, la creación de puestos de trabajo y la caída del desempleo hasta el 4,4 por ciento, la tasa más baja desde mediados de 2001, fue recibida con alegría por los inversores. La contención del petróleo ha aportado igualmente su granito de arena a la subida de las cotizaciones. El precio del barril Brent, de referencia en Europa, ha bajado esta semana casi un 4 por ciento, hasta los 58,9 dólares, aunque en distintos momentos ha llegado a situarse por debajo de los 58 dólares. El único factor que alteró el pulso de los inversores de forma negativa fue el mensaje lanzado el jueves por el Banco Central Europeo (BCE). Aunque el mercado ya esperaba que la institución anticipara que va a elevar los tipos de interés un cuarto de punto, hasta el 3,5 por ciento, en la reunión de diciembre, las referencias a que la inflación se acelerará y a que los intereses continuarán aumentando en 2007 generaron ciertas dudas entre los inversores. De hecho, este factor ha provocado que otros índices europeos, como el alemán Dax Xetra o el francés Cac 40, hayan sufrido caídas semanales del 0,34 por ciento y del 1,11 por ciento, respectivamente. Aliados habitualesSi el Ibex se ha librado de estos descensos se debe, sobre todo, al comportamiento de inmobiliarias y constructoras, es decir, sus habituales compañeras en el viaje alcista del índice en 2006. La compañía más destacada ha sido Ferrovial, que ha sumado un 9,14 por ciento, hasta los 74,05 euros. Le ha seguido Metrovacesa. Sus títulos se han disparado un 8,04 por ciento, hasta los 121 euros, en la misma semana en la que ha presentado unas cuentas espectaculares. En los nueve primeros meses del año, la inmobiliaria ha ganado 861 millones de euros, un 176 por ciento más que en el mismo periodo de 2005. Detrás de ellas han figurado Acciona y Altadis con subidas superiroes al 3 por ciento. En cambio, los bancos, con Santander bajando más de un 2 por ciento en la semana, se han situado en el otro lado de la balanza, puesto que los inversores se han dedicado a recoger beneficios tras semanas de avances.