La compra mundial de oro creció un 4 por ciento durante 2018, apoyada por la demanda de los bancos centrales que ha sido la mayor en los últimos 50 años, con un aumento interanual del 74 por cineto, según datos del Consejo Mundial del Oro. La incertidumbre política y económica ha incentivado a los bancos centrales a invertir en activos líquidos y seguros. El más activo fue el Banco Central de Rusia, que vendió bonos americanos para comprar casi 275 millones de toneladas de oro en 2018, también destacan Turquía y Kazajistán entre otros. Los bancos centrales tienen unas reservas cercanas a las 34.000 toneladas en este activo.