Draghi no cambió nada en el plan de ruta que anunció el pasado mes de junioEl Banco Central Europeo (BCE) ha vuelto de las vacaciones veraniegas como se marchó, sin hacer cambios en la hoja de ruta que anunció el presidente de la entidad, Mario Draghi, en la reunión del pasado mes de junio. El final del QE sigue marcado para finales de año, después de que se reduzca a la mitad, hasta 15.000 millones de euros en octubre, y la intención del organismo es que los tipos de interés se queden como están, en el mínimo histórico del 0 por ciento, al menos hasta que finalice el verano de 2019. El encuentro de ayer, sin embargo, sí trajo una novedad: si bien Draghi se aferra al timón del buque que comanda y no ha cambiado de rumbo ni una cuarta, el economista italiano ha oteado algunas nubes en el horizonte que podrían dar problemas. Se trata del auge del proteccionismo, un riesgo del que ya ha avisado el BCE en anteriores reuniones, y que sin embargo no se ha disipado para la economía de la eurozona. Por ello principalmente anunció ayer la entidad un recorte de una décima en las previsiones de crecimiento para 2018 y 2019, pasando del 2,1 y 1,9 por ciento, respectivamente, hasta el 2 y el 1,8 por ciento. Eso sí, para 2020 la estimación se mantiene sin ningún cambio en el 1,5 por ciento. Sin embargo, Draghi quiso dejar claro que el recorte en las previsiones de crecimiento tiene en cuenta las medidas proteccionistas que ya se han implementado, y no las amenazas que se hayan hecho para el futuro. El mercado ya esperaba una rebaja en las previsiones de crecimiento económico, e incluso preveía que el recorte fuese mayor. Desde ING valoraban ayer que "lo más parecido a una sorpresa en esta reunión ha sido lo poco que ha revisado a la baja las previsiones de crecimiento y el mantenimiento sin cambios de las de la inflación". No solo el banco holandés reconoció un tinte optimista en el presidente del BCE: desde Monex señalan cómo "Draghi puede ser uno de los banqueros centrales más dovish de todo el mundo desarrollado, pero incluso para él el vaso está ahora medio lleno, ya que parece que ahora se está centrando en los aspectos positivos". Sobre esto el economista italiano se extendió en rueda de prensa cuando fue preguntado por sus perspectivas para la inflación. "Se va a mantener en niveles actuales el resto del año. Para 2019 y 2020 las previsiones son las mismas. Estas se hacen teniendo en consideración dos supuestos: que habrá un precio del petróleo más bajo, pero una inflación subyacente más fuerte [la que excluye precisamente al petróleo y algunos componentes como alimentos frescos], en parte por la subida de los salarios. A pesar de que aún es discreta, prevemos un repunte en el crecimiento de las nóminas en la región", explicó. Italia y los emergentes Como no podía ser de otra manera, Draghi fue preguntado por los que parecen ser los dos grandes riesgos que amenazan ahora a la eurozona: la posibilidad de que se produzca un contagio de la crisis de los mercados emergentes hacia el Viejo Continente, y también la actualidad en Italia, donde, según se expuso al presidente del BCE, hay ciudadanos preocupados porque, una vez termine el QE, el país quede a merced de los especuladores. Sobre el primer punto, el de los problemas a los que se están enfrentando los países emergentes actualmente, Draghi señaló cómo en conjunto "lo ocurrido en Argentina y Turquía no ha dado de momento signos de contagio", aunque reconoce que "en algunas instituciones concretas, con exposición a estos países, sí lo haya hecho". Sobre el caso italiano, el presidente del BCE avisó de que la entidad no es responsable de que se produzca un incremento en los costes de financiación del país. "El mandato de BCE no es proteger los beneficios de las aseguradoras o de los bancos, como tampoco lo es asegurar unas condiciones de financiación de ningún tipo para los países". El único objetivo del organismo, quiso dejar claro Draghi, es "la estabilidad de precios".