El patrimonio de los planes de pensiones lleva años estancado en el entorno de los 100.000 millones y no tanto porque las carteras donde invierten registren malos comportamientos sino porque son pocos los partícipes que deciden aportar a estos productos de ahorro. De hecho, según los datos de la Dirección General de Seguros (DGS) el 66 por ciento de los partícipes no aportó en 2017 ni un solo euro a su plan de pensiones. Del 34 por ciento restante que sí lo hizo, un 6,6 por ciento destinó entre 1 y 300 euros anuales y solo un 1,72 por ciento llegó a la franja de entre 6.000 y 8.000 euros, el máximo permitido. Los datos que dejó 2017 no son algo excepcional ya que las aportaciones netas a este tipo de productos no han hecho otra cosa que estancarse en los últimos años debido al nulo crecimiento que han experimentado las aportaciones brutas y al aumento de las prestaciones a medida que salen del mercado los trabajadores y rescatan sus planes de pensiones. Así lo apunta la DGS en su último informe que muestra que las aportaciones realizadas a planes de pensiones individuales y PPAS (seguros equivalentes fiscalmente a los planes) llevan ya seis años consecutivos con caídas que, en el caso de 2017, fueron del 2,88 por ciento. Sin embargo, no todos los productos de ahorro finalista experimentan las misma cifras negativas. Los seguros de vida ahorro llevan años ampliando la parte que tienen del pastel del ahorro jubilación gracias sobre todo a dos productos. Por un lado está el fuerte impulso que se ha dado fiscalmente a la trasformación del patrimonio en rentas vitalicias ya que permite que las personas mayores de 65 años que destinen el dinero logrado con la venta de cualquier elemento patrimonial a una renta vitalicia tienen como beneficio fiscal la exención de las ganancias patrimoniales obtenidas con la venta, con un límite de 240.000 euros. Algo de lo que, según los datos publicados ayer por Unespa, ya se han beneficiado 22.200 personas. Y por otro están los sialp (Planes de ahorro 5) creados hace apenas 3 años y cuyas provisiones han crecido un 35 por ciento en los últimos 12 meses.