Se descontaba que ayer se aumentasen en 100 puntos básicosEl Banco Central de la República de Turquía dio ayer una sorpresa a los mercados al mantener sin cambios los tipos de interés en su país, en el 17,75 por ciento. La decisión, en la primera reunión del banco central desde que Berat Albayrak, el yerno de Recep Erdogan, presidente del país, haya asumido el cargo de ministro de finanzas, no era esperada. Según una encuesta de Bloomberg a economistas, se estimaba un avance de 100 puntos básicos, hasta el 18,75 por ciento. El desplome que sufrió la lira tras conocerse la decisión avala que los mercados no esperaban inmovilidad por parte del banco central turco: la lira reaccionó con una caída que llegó a ser del 3,43 por ciento durante la jornada, hasta los 0,203 dólares, un nuevo mínimo histórico para la divisa. Incluso la cotización de BBVA en bolsa se vio afectada por el movimiento de la divisa, debido a la fuerte exposición del banco a la región. Eso sí, la entidad logró cerrar la sesión con una subida superior al 2 por ciento. Detrás de la decisión de mantener los tipos en los niveles actuales puede estar la mano de Erdogan. El presidente del Turquía declaró, antes de las elecciones del pasado mes de junio que le ratificaron en el puesto, su preferencia porque el banco central no subiese los tipos, ya que, al contrario a la mayor parte de economistas, opina que un nivel elevado en el precio del dinero aumenta la inflación, y ésta actualmente avanza a un ritmo del 15 por ciento interanual en Turquía. La caída de la moneda podría tener todavía recorrido, según Bart Hordijk, analista de Monex Europe, quien señala que "incluso si el banco central de Turquía sube tipos, la lira todavía sigue perdida entre la maleza. El déficit por cuenta corriente del país apunta a que va a empeorar en el corto plazo, por el petróleo más caro, mientras la divisa ha perdido un 30 por ciento frente al dólar en 2018. Invertir en la lira parece un consejo que solo alguien tan descarado como Erdogan se atrevería a dar".