Pekín responderá de manera firme con medidas "cualitativas" y "cuantitativas"Los aranceles de la Administración del presidente Donald Trump serán, a la larga, "alcistas para las empresas americanas", justificaba el martes, Peter Navarro, el principal consejero comercial de la Casa Blanca. Durante una conferencia con periodistas, el funcionario defendió la intención del mandatario estadounidense de imponer aranceles adicionales del 10 por ciento a un catálogo adicional de productos chinos por valor de 200.000 millones de dólares. "Esta disputa comercial tendrá un efecto relativamente pequeño", sentenció, al tiempo que aseguró que Trump "no permitirá que China se apropie de las joyas de la corona tecnológica" estadounidense. Mientras Navarro acusó al Gobierno de Xi Jinping de no haber logrado progreso alguno durante ninguna de las conversaciones mantenidas desde que el republicano ocupase la Casa Blanca, el Dow Jones estaba abocado a enfrentar su sexta jornada de pérdidas consecutivas. En un intento por "defenderse de la agresión" del gigante asiático, el director de política comercial defendió la decisión de Trump de implementar aranceles adicionales a los ya anunciados que, recordemos, incluyen gravámenes a los paneles solares, lavadoras, al acero, al aluminio y a una lista de productos por valor total de 50.000 millones de dólares. De esta última partida, los aranceles del 25 por ciento entrarán en vigor el próximo 6 de julio sobre un grupo de importaciones chinas (818 bienes) con un valor de 34.000 millones de dólares. El resto (284 productos) por un valor cercano a los 16.000 millones de dólares se activará una vez finalice el proceso de comentario público. Sin pestañear, Pekín respondió la semana pasada a estos gravámenes aplicando la misma moneda de cambio a 545 bienes de EEUU, incluyendo en el sector agrícola, mariscos y automóviles. "Desafortunadamente, China ha determinado que aumentará los aranceles sobre exportaciones estadounidenses por valor de 50.000 millones de dólares", concluyó el propio Trump a última hora del lunes. "Al parecer, no tienen intención de cambiar sus prácticas desleales relacionadas con la adquisición de propiedad intelectual y tecnología estadounidenses", sugirió antes de informar sobre la orden a la Oficina del Representante Comercial de EEUU (USTR, por sus siglas en inglés). Esta agencia, liderada por el embajador, Robert Lighthizer, revisa ya un grupo adicional de productos chinos por valor de 200.000 millones de dólares que serán gravados un 10 por ciento. Sin embargo, Trump advirtió que si Xi, con quien aseguró mantener una "excelente" relación, aplicase de nuevo la Ley del Talión, se revisaría otra línea más de bienes chinos por valor de otros 200.000 millones de dólares. De materializarse esta amenaza, el pulso afectaría a importaciones chinas por valor de casi el medio billón de dólares y estaría avalado por las secciones 232 y 301 de la Ley de Comercio, que apuntan a la seguridad nacional y a la protección de la propiedad intelectual estadounidense como catalizadores de los gravámenes. Respuesta de Pekín El Ministerio de Comercio de China dijo ayer que Pekín responderá de manera firme con medidas "cualitativas" y "cuantitativas" si el Gobierno de Estados Unidos publica la lista adicional de aranceles sobre bienes chinos, y acusó a Washington de iniciar una guerra comercial. "Tal práctica de presión extrema y chantaje se desvía del consenso alcanzado por ambas partes en múltiples ocasiones, y es decepcionante para la comunidad internacional", dijo el ministerio en un comunicado. Al ser preguntado por el impacto que puede tener en los consumidores esta reyerta comercial, Navarro no dudó en destacar que "China es el que más tiene que perder" alegando que la segunda mayor economía del mundo exporta bienes por valor de 500.000 millones de dólares a Estados Unidos mientras que, a la inversa, el valor es de 130.000 millones de dólares. "El presidente Trump respaldará a todos los trabajadores y empresas en el punto de mira de China", matizó, dejando caer, por ejemplo, que el secretario de agricultura, Sonny Perdue, prepara medidas para minimizar el impacto que esta situación tendrá en los cultivos de soja estadounidense. Previamente, The New York Times adelantó que Trump habría prometido al consejero delegado de Apple, Tim Cook, que la compañía, específicamente sus productos fabricados en China, no se vería afectada por estos aranceles. Eso sí, el director de política comercial de la Casa Blanca dijo no estar al tanto de estos comentarios. Tampoco quiso manifestarse sobre la enmienda aprobada en el Senado un día antes con 85 votos a favor y 10 en contra que busca bloquear el acuerdo logrado entre el Departamento de Comercio y la china ZTE para que esta vuelva a tener acceso a proveedores estadounidenses a cambio del pago de una multa de 1.000 millones de dólares y un fondo adicional de 400 millones de dólares. Esta propuesta aprobada por los legisladores forma parte de la Ley de Autorización de Defensa Nacional, que ahora debe conciliarse en el Congreso. En China, varios funcionarios del Consejo Estatal estarían presionando para volver a abrir el grifo del crédito y evitar que el pulso arancelario acabe por hacer mella en el crecimiento tras los últimos síntomas de un tímido debilitamiento en la actividad. El Banco Popular de China inyectó el martes cerca de 31.000 millones de dólares en los principales bancos del país.