La divisa se sitúa por debajo de 1,162 dólares y la deuda se relaja tras conocer la hoja de rutaEl mercado conoce desde ayer cómo y cuándo dejará de comprar deuda el Banco Central Europeo (BCE) dentro del programa que puso en marcha en 2015. El camino hacia el fin del conocido como QE tendrá su primera parada en septiembre, al reducirse a la mitad, para concluir en diciembre. Sin embargo, los inversores no reaccionaron vendiendo bonos, sino comprando. Estas compras impulsaron los precios de los bonos de referencia de los países de la zona euro, reduciendo las rentabilidades exigidas. En el caso español, por ejemplo, el rendimiento de la deuda a 10 años se redujo del 1,411 al 1,349 por ciento. La rentabilidad de su homólogo italiano también se relajó, al pasar del 2,80 al 2,73 por ciento. E igual ocurrió con el Bund, ya que en el título alemán bajó del 0,482 al 0,426 por ciento. Al mismo tiempo, el euro retrocedió posiciones hasta niveles en el entorno de 1,162 dólares, desde los 1,185 dólares que alcanzó poco antes de la reunión. La caída durante el día llegó a ser la mayor en año y medio. "El BCE lo que ha hecho es retirar la incertidumbre", opina Javier Guzmán, codirector de mercado de capitales de Société Générale, quien considera que previamente los inversores habían "sobrerreaccionado" en el mercado de deuda tras jornadas complicadas en las que reinaba "un sentimiento un poco más negativo". El banco central se encargó de recordar, además, que a partir de diciembre no se quedará quieto, ya que continuará reinvirtiendo el capital que obtenga de los vencimientos de los bonos, con lo que seguirá dotando de liquidez al mercado. Sobre el fantasma de una subida de los tipos de interés, que presionará a los bonos, también hubo ayer aclaraciones... a medias. Se mantendrán en el 0 por ciento "al menos durante el verano". Imprecisión, sí, pero dejando un amplio margen de tiempo. "Entendemos que [el BCE] se ha mostrado especialmente cauto y ambiguo con los tipos de interés para evitar que el anuncio del fin del QE tuviera un impacto más negativo sobre las tires de los bonos", apuntan desde Bankia Estudios. Para Nick Peters, gestor de fondos multiactivos de Fidelity, es "sorprendente" que no vaya a subir los tipos al menos hasta otoño. Eso deja una tregua para la deuda, y "Draghi también ha sonado marcadamente negativo en los temas económicos, enfatizando los riesgos, la incertidumbre y la volatilidad del mercado financiero", cree el gestor, con lo que "la respuesta instintiva de los mercados ha sido vender euros, lo cual puede ir a más". En mayo, la divisa cayó a 1,151 dólares.