El fin de la sobreoferta, las sanciones a Irán y la caída de inventarios convencen a los alcistasEn enero de 2016 era más barato comprar un barril de petróleo Brent que un cubo de pollo frito en una de las cadenas de comida rápida más conocidas del mundo. Desde entonces, cuando el barril cotizaba por debajo de 28 dólares, hasta ayer, su precio ha subido casi un 190 por ciento, tocando el recurso energético los 80 dólares en la pasada jornada por primera vez desde noviembre de 2014. El desequilibrio entre la oferta y la demanda que había en 2016 fue el responsable de los bajos precios, y ahora, en la recuperación, lo es el hecho de que el consumo mundial lleva más de un año por encima de la oferta, según datos de Energy Intelligence. El barril Brent europeo está descontando esta situación y tocó ayer los 80,3 dólares durante la jornada, con un avance diario de más del 1,3 por ciento. Desde Goldman Sachs destacan cómo "el ultimo rally del crudo es más responsabilidad de la fuerte demanda, ya que las disrupciones en la oferta son menores que en el pasado, incluso teniendo en cuenta la situación en Venezuela. Ahora, todo apunta a que las subidas continuarán", destaca el banco americano. El fin de la sobreoferta ha hecho que los inventarios globales de crudo se reduzcan significativamente, cayendo en Estados Unidos por debajo de la media de los últimos 5 años. Esta misma semana se ha visto cómo durante los primeros días de mayo los inventarios volvieron a reducirse, en 1,4 millones de barriles, frente a las previsiones de una merma de 1,3 millones de barriles. Los inversores alcistas tienen mucho que agradecer a la Organización de Productores y Exportadores de Petróleo (OPEP), por el acuerdo que logró cerrar para limitar la extracción, e intentar volver a equilibrar la oferta y la demanda, algo que parecen haber logrado. Total abandona Irán En las últimas subidas, más a corto plazo, también se observa el impacto de las nuevas sanciones comerciales a Irán por parte de Estados Unidos. De hecho, ayer la petrolera francesa Total anunció su decisión de dejar de invertir en Irán, según se explica desde Bloomberg, porque la empresa considera un gran riesgo hacer operaciones de este tipo, teniendo en cuenta la gran dependencia que tiene Total de la financiación de bancos estadounidenses. De saltarse la prohibición, esta financiación correría un serio riesgo. Total había sido la primera compañía occidental en desembarcar de nuevo en el territorio persa, después de que se levantasen las sanciones comerciales al país a principios de 2016. Eso sí, la firma ha señalado que esta decisión no impactará en su objetivo de aumentar la producción un 5 por ciento anual entre los años 2016 y 2022.